
Un hogar que parezca una tacita de plata puede ser un problema para las que vivimos a mil por hora. Sin embargo, trucos tan simples y naturales, que no requieren ni dos minutos de tu tiempo, hacen el milagro de eliminar el polvo de tu casa sin los odiosos químicos. ¡Ya verás de lo que hablo!
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Aunque la organización no es mi fuerte, créeme que no soporto una casa sucia. Aun así entiendo cómo, con el ajetreo de todos los días, sacarle brillo a tu "corotos" no llega a ser una prioridad. ¡Nos pasa a muchas! Lo peor es cuando intentas sacudir ese polvo que es, inevitablemente, un huésped fijo.
Pero, como decía mi abuela, olvídate de encaramarte en los muebles cual hombre araña para limpiar el polvo acumulado. La viejita tenía un truco que nos dejaba atónitas: cada semana, ella metía una esponja grande en un florero, lo cubría con flores y follaje de mentira y, como por arte de magia, en la casa no había ni un ápice de polvo.
¿Su secreto? En un bol, mezclaba agua destilada, un chorrito de vinagre o limón fresco, extracto de lavanda y hojas de menta. Luego, sumergía la esponja para absorber todo el líquido posible y de ahí, lo metía en el jarrón. Según sus "conocimientos", la esponja húmeda atrae el polvo del ambiente y lo atrapa antes de llegar a la superficie. Eso sí, debes cambiarlo cada semana para evitar malos olores.
Si me preguntas, es uno de esos trucos de limpieza que no ves todos los días. Su casa se mantenía impecable y casi nunca la veías con un plumero o un trapito sacudiendo el polvo. ¡Inténtalo! Te vas a ahorrar muchos dolores de cabeza.
Imagen vía Corbis Images