Como diría mi abuelita, lavar es una ciencia… ¿O por qué crees que tus medias se pierden o tus camisas cambian de color? Por si no lo sabías, existen 10 errores terribles que todas cometemos al momento de lavar la ropa ¡y lo peor es que resultan sencillísimos de evitar!
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La próxima vez que te toque hacer el laundry, pon en práctica uno de estos consejos para que veas que la diferencia es bastante.
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Dejar los cierres abiertos
Cuando dejas los cierres abiertos corres el riesgo de rasgar o maltratar tus otras prendas, en especial si son delicadas. ¡Asegúrate de abrocharlos completamente!
No limpiar la secadora
Es necesario que limpies la secadora luego de cada uso. Aunque lo veas como un paso “extra”, retirar las pelusas ayudará a que tu ropa se seque más rápido y consumas menos electricidad.
Pasar por alto el "Dry-Cleaning Only"
¿Has visto esas etiquetas en tu ropa? Están ahí por algo. Mucha gente pasa por alto que ciertas prendas no pueden lavarse en lavadora o con detergentes muy fuertes. Sin embargo, no es necesario gastar tu salario en lavanderías profesionales: si sólo quieres refrescar el olor de tu ropa o quitarle el polvo, basta con sumergirla en una solución de agua con poquito jabón para bebé, remojas un ratito y cuélgalo. ¡Nada del otro mundo!
Lavar las medias como si nada
La mayoría de las personas –como mi esposo—echa las medias a la lavadora como Pedro por su casa y claro, ¡terminan perdiéndose! Pon en práctica el truco de mi abuela: ella las amarraba hasta formar una “cuerda” larga o las ponía en los bolsillos de los pantalones. ¡Tus calcetines quedarán completitos!
No nivelar tu lavadora
Te parecerá una tontería pero si no colocas una plataforma especial (que puede ser simplemente un pedazo de madera) debajo de tu lavadora o secadora, podrías terminar dañando tu piso o tus paredes gracias a las vibraciones constantes. ¡Toma un minuto para hacerlo!
Usar mucho detergente
Creerías que al usar más jabón, tu ropa quedaría más limpia, ¿no? Te equivocas. Si utilizas demasiado, en vez de sacar el percudido, estarás creando una barrera que simplemente no lavará las áreas más propensas al sucio (cuello, muñecas, etc.). A menos que tengas un problema de “hard water” en casa, lo mejor es agregarle a la lavadora la mitad del jabón recomendado.
Lavar tu ropa junta
Mi mamá siempre me lo decía y no le hice caso hasta que mi suéter favorito terminó destruido. Aprende a categorizar tu ropa y lávalas por parte. Jamás mezcles colores o texturas, mucho menos si tienen partes metálicas como tus sostenes.
Restregar las manchas
El peor error que puedes hacer es restregar tu ropa manchada como si lavaras en un río. Por el contrario, sé lo más gentil posible y utiliza un trapito blanco para evitar que los colores se transfieran. ¡Y hazlo rápido! Mientras menos tiempo pase, mejor chance tienes de salvar tu prenda favorita.
El orden sí importa
Cuántas peleas no tuve con mi abuelita porque ella decía que primero se agregaba el agua, luego el jabón y finalmente se sumergía la ropa. Lamento decirte que lo hacías mal, viejita. A menos que estés usando blanqueador, coloca primero la ropa (para evitar que flote), sigue con el agua y termina con el jabón líquido. Verás que tus prendas quedarán más limpias.
Pasarte con el blanqueador
No tengo que repetirte lo malo que es el cloro para tu ropa… ¿o sí? Está comprobado que daña las fibras de la tela haciéndola más propensa a romperse o cambiar su color. Opta por un método más natural: hierve agua y agrégale rodajas de limón. Luego sumerge tu ropa con cuidado por toda la noche ¡y santo remedio!