Amo los pisos de madera, le dan un ambiente de calidez instantánea a todos los espacios y esconden una multitud de pecados de limpieza. Eso sí. Son delicados, temperamentales y una vez que los dañas, pues a ahorrar para repararlos.
Sin embargo, no hay que preocuparse, pues la madera es generosa y con sólo seguir unas reglas básicas podrás disfrutar de la belleza de uno de los materiales más versátiles y bellos para esa sexta pared que es el piso.
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1. NUNCA los limpies con agua. Aunque están bien protegidos por el barniz especial que les ponen, los pisos de madera no responden bien a mucha agua. Un trapeador húmedo es más que suficiente para sacarles el sucio del día.
2. Evita los productos muy abrasivos. Ese barniz protector se raya con facilidad, sobre todo cuando estamos hablando de un acabado brillante. Productos de limpieza fuertes pueden además hacerlo desaparecer de a poco y dejar tu piso desprotegido.
3. JAMÁS arrastres nada, en especial si se trata de algo pesado, o que tenga filo. Nunca se me olvidará el horror que sentí cuando empujé una maleta por todo mi cuarto hacia el clóset, hasta que me di cuenta que una patita estaba puntiaguda y le había dejado una gran raya al piso.
4. Niños, mascotas y tacones con cuidado. Mis perros tenían una cita quincenal para que les limaran las uñas, desde que descubrí que las garras estaban dejando rayas en el piso. Tengo una amiga que cuando invita a la gente a su casa le pide que eviten los tacones. Su hogar tiene más de 100 años y los pisos son originales. No aguantan un nuevo tratamiento, por lo que los protege hasta con su vida.
5. Tierra y polvo fuera. Está alerta a grandes cantidades de ese polvillo que se acumula en las casas. Yo recomiendo aspirar los pisos de madera, pero con una aspiradora que tenga esa función. Es la única manera de asegurarse de que va a eliminarse el sucio que se concentra entre los listones de madera y que los va dañando tanto.
6. Fuera lijas. Como crecí en el trópico no estaba acostumbrada a los pisos de madera. La primera vez que le vi un rayón a uno, no se me ocurrió nada mejor que lijarlo. ¡Terrible idea! Dañé el acabado. Lo mejor para las rayas es aplicarle un producto que revive el brillo y esperar hasta que sea necesario hacerle un tratamiento a todo el espacio.
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