Usos del residuo del café en el hogar

No me gusta desperdiciar nada. No sólo es un tema de ahorrar, que muchas veces lo es, si no de aprovechar todo lo que nos da la vida, desde el amor, hasta los residuos de los alimentos. De exprimir todo al máximo. Con este espíritu, te cuento que yo no tiro a la basura lo que queda del café después de colarlo. No señorita. Ahora es que le quedan vida a esos polvillos después de entregarnos lo mejor para mantenernos despiertitas y alerta.

Hay muchas formas de usar la colita del café. Puedes aprovechar lo que queda en el filtro para verte más bella, pero también en el cuidado de tu hogar.

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La función principal de estos residuos en mi casa es de eliminar olores desagradables. Aunque no lo creas, tira el café por el desagüe de cualquier área de tu casa que huela medio mal y verás como el aroma ofensivo desaparece. Este truco lo saben bien los que venden perfumes caros. En los mostradores de los productos más exclusivos siempre tienen granos de café, para que tu nariz no se confunda entre muestra y muestra.

Para abonar las plantas el residuo del café es maravilloso por sus altos porcentajes de nitrógeno, fósforo, potasio, calcio, magnesio y azufre. Puedes usarlo directamente en la tierra o bien añadiéndolo a tu compostera.

También es un repelente contra hormigas y otros insectos rastreros pequeños. Los gatos tampoco son amantes del olor, por lo que puedes usarlo para espantar al gato callejero que tiene tu jardín como su baño o para que tu minino no pase por un área determinada de tu casa.

Pero el uso que más me ilusiona a mí es el de tinte. Me encanta el color que deja en los tejidos blancos, que quedan con un tono ocre claro que no se consigue de ninguna otra forma. Para asentar el color, sumerge la pieza en vinagre blanco antes de lavarla y métela directamente a la secadora. Después la puedes lavar todas las veces que quieras.

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