¡Amo los espejos! No, no es por vanidosa. Si no porque son unos aliados incondicionales a la hora de decorar una casa. Un espejo puede hacer una gran diferencia en cualquier área de tu hogar. Sin embargo, la cosa no es tan sencilla como ir y colgar uno en cualquier pared. Los decoradores aseguran que -como todo- los espejos tienen su sitio. Lo mismo afirman los expertos en Feng Shui.
Pero no te me vayas a estresar, porque las reglas para aprovecharlos son bastante básicas y aquí te voy a contar cuáles son las principales metidas de pata para que no te equivoques.
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1. No pongas un espejo frente a un sitio donde la gente se va a sentar. Es decir, en el comedor a la altura de la cara de la gente o entre unas sillas para conversar. Además de ser una distracción, si tienes invitados vanidosos no van a decir ni pío, enamorados de su propio reflejo.
2. Frente a algo que te disgusta de tu casa. ¿Tienes un cuadro que no te gusta, pero que debes mantener colgado porque te lo regaló la suegra o una figurita de cerámica que te hizo tu niño en la escuela, pero es espantosa? ¡No vayas a poner un espejo que le haga el reflejo y en vez de uno tengas dos!
3. Frente o sobre la cama. En principio no tiene nada de malo tener un espejo en el dormitorio, pero los expertos no lo recomiendan sobre la cama por dos razones. La primera práctica, esperemos que no pase nunca, pero si se cae podría ocurrir una tragedia. La segunda es más espiritual: El reflejo constante de las personas dormiendo le debilita la energía, según afirman las leyes del Feng Shui.
4. Frente al inodoro. Esto parece obvio, pero me ha pasado dos veces. Nadie se quiere ver mientras usa el trono.
5. En el cuarto de los niños pequeños. Muchas veces se nos olvida de que los espejos son de vidrio. Un pequeñito corriendo o jugando los puede romper con facilidad y lastimarse.
Imagen vía Ballard Design
