Si algo extraño de mis años en el Sur de California es su extraordinario clima. No importaba cuán caluroso fuese el verano, por las noches siempre refrescaba al punto de que dormíamos con las ventanas abiertas de par en par. En el sur de Florida, en cambio, el calor húmedo es tan pero tan sofocante que si no tienes el aire acondicionado encendido, te sientes pegajoso y hasta cuesta respirar. Sin embargo, he descubierto que sí hay maneras de ahorrar energía eléctrica y mantener tu casa a una temperatura agradable sin tener que recurrir al aire acondicionado. Sigue leyendo para que veas cómo puedes ahorrar.
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1. Aunque parece una tontería, lo primero es que mantengas puertas y ventanas cerradas. Así la temperatura interior que provee el aire acondicionado se mantendrá por más tiempo, mientras evitas que la ola de calor entre en tu casa.
2. Lo segundo es mantener las persianas cerradas. Sé que la casa se verá oscura, pero la capa de protección que proveen persianas y cortinas se verá reflejada en tu factura por electricidad y también en unos cuantos grados menos de temperatura en tu casa.
3. Usa los ventiladores de techo: hacen circular el aire y refrescan. Es como si reciclaran el aire y además consumen muchísima menos energía que el aire acondicionado. En verano lo mejor es que los ventiladores giren en dirección inversa a las manecillas del reloj.
4. Prefiere las sábanas de algodón por encima de cualquier otro tejido: son más frescas y no retienen tanto el calor del cuerpo como el poliéster o las de flannel.
5. Evita usar la secadora de ropa. Algo que resulta súper práctico al cambiar las sábanas es tender la cama cuando todavía están húmedas: primero la esquinera, y una vez que se seque, la de arriba. Con ello no sólo refrescas el ambiente sino que alargas la vida de tus sábanas que quedarán lisas y suaves. Si tienes ventilador de techo, enciéndelo para ayudar a que se sequen más rápido. Con las toallas puedes hacer otro tanto: las metes en la secadora 5 minutos para sacarles las arrugas y luego las extiendes o en una cuerda, o en el mismo baño hasta que se sequen.
6. Usa almohadas con gel refrescante. Si señora como lo oyes, hay almohadas que vienen con una superficie de gel que se mantiene a una temperatura inferior a la del cuerpo.
7. Evita planchar para que no te acalores más de la cuenta tú y no generes calor innecesariamente dentro de tu casa.
8. Ten a mano aguas frescas y limonadas con abundante hielo. Toma al menos ocho vasos de agua al día.
9. Vístete de acuerdo con el clima. Guarda los jeans. Usa shorts y tops de tiritas. Imagínate que estás en la playa, así estés en tu casa.
10. Si tienes la buena fortuna de que las temperaturas bajen por las noches, entonces abre las ventanas y si tienes ventilación cruzada mejor: la brisa refresca y recicla las energías.
11. Evita hornear, así como cocinar alimentos que requieran de mucho tiempo en la estufa: créeme que ese calor también calienta la casa.
12. Cocina todo lo que puedas al grill en el patio de tu casa.
13. Evita planchar para que no te acalores más de la cuenta.
14. Opta por los bombillos luz blanca que no generan tanto calor como los incandescente que son más cálidos.
Imagen vía Thinkstock