Me muero del asco. Una cosa es el sexo oral, los besos y la pasión, el sexo seguro para protegerte de no quedar embarazada y también para no contagiarte de enfermedades de transmisión sexual. Y otra cosa es la comida. Sentarte a comer una buena paella, un arroz a la marinera, unos calamares bien gustosos. Pero cuando las dos cosas se juntan, sin aviso y sin protesta, lo que ocurre es una desgracia. Como que te encuentres un condón en la comida y comiences a masticarlo creyendo que es un aro de calamar. Pues muérete que esto fue lo que le pasó a esta mujer.
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Mai Liang estaba comiendo un plato de pescado y aros de calamar en un restaurante en Anhui, China, cuando de repente se encontró con un trozo de lo que creyó era un aro de calamar, pero que por más que masticaba no era capaz de "deshacer", era, eso sí, como una goma, pero del mismo tamaño de los calamares.
Claro que por más que lo masticara aquello seguía intacto: y es que en realidad no era un calamar sino un condón. Sí, como lo oyes amiga: un condón, un preservativo y quién sabe si hasta usado estaría.
Pero lo peor no es eso. Lo más extraño de todo es que cuando la mujer reportó este asqueroso "incidente" al dueño del restaurante, el hombre agarro la goma, se la metió a la boca y se la tragó.
No puedo con el asco. Pero he de decir que este señor chino actuó a la velocidad del rayo para destruir la evidencia. Ahora dice que se tragó el condón para evitar que la discusión pasara a mayores y que en realidad fueron los comensales quienes pusieron el condón en la comida con el fin de que la comida les saliera gratis.
Así están las cosas, sin evidencia que soporte la acusación de los comensales, el caso se complica. La víctima y su esposo contrataron un abogado para demandar al restaurant y exigir una compensación.
Si el dueño no se hubiera tragado el condón, otro gallo cantaría, pero la verdad es que su reacción me parece sumamente sospechosa y en todo caso me muero del asco.
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