Me encanta cuando pienso "fuera de la caja", veo más allá y le doy usos inesperados a los objetos cotidianos. Es increíble la cantidad de cosas que podemos hacer con una barra de jabón de baño, por ejemplo. Pero además son muchos los usos que le puedes dar a los restos de "jabón de olor" como lo llamaba mi abuelita, esos que te van sobrando y que terminas botando porque no encuentras que hacer con ellos. Sigue leyendo para que veas por qué digo que las pastillas de jabón no tienen desperdicio.
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Mira la galería de fotos que preparé especialmente para ti con mis usos y otros que encontré aquí.
Imagen vía Thinkstock
En gavetas de madera
Para que las gavetas de madera de tus cómodas se deslicen más fácilmente, frota una pastilla de jabón en los bordes de los cajones.
Limpia pega
Para quitar la pega del papel tapiz de las paredes, disuelve jabón en agua tibia y aplica esa solución jabonosa en el área afectada con una esponja.
Como lubricante
Para “lubricar” clavos y tornillos, húndelos en una pastilla de jabón, eso hará que el atornillar y clavar sea más fácil.
Para detectar fugas degas
Para detectar fugas de gas, frota las tuberías sospechosas con agua jabonosa. Si salen burbujitas tienes que llamar a un especialista para que repare los tubos porque seguramente tienes una fuga.
Para tallar figuras
Si te animas a hacer manualidades puestes tallar en bloque de jabón para que te quede tan elegante como el de la foto.
Para perfumar tu ropa en las gavetas
Las pastillas de jabón de olor son magníficas para que las gavetas donde guardas tu ropa huelan a limpio. Puedes poner el jabón dentro de una media, o si prefieres lo dejas dentro de su empaque y sólo lo abres un poquito. Este es de verdad el mejor saché que conozco.
Para lavar ropa
¿Sabías que puedes convertir los restos del jabón con que te duchas en jabón para lavar ropa? Sólo tienes que mezclarlo con bicarbonato y ácido bórico.
Como lubricante de bisagras
También puedes “lubricar” las bisagras de las puertas para que tu casa no "suene" como un castillo embrujado. Sólo tienes que frotar las bisagras con uno de esos pedacitos de jabón que te sobran y santo remedio: adiós chirridos.