Por muchos años, mi secador de pelo vivió únicamente en mi baño, pero desde que existe Pinterest, la red de carpetas de páginas de Internet lo he usado tanto para cosas de la casa, que hasta estoy pensando en comprarme otro para usarlo sólo con estos fines. La verdad es que jamás se me habría ocurrido que podría servir para cosas tan diferentes. Es un aparato verdaderamente útil, más allá que en la belleza de la melena.
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1. Para sacar manchas de creyones. Parece como arte de magia. Aplica el secador a la temperatura más alta sobre la mancha. Verás como se empieza a derretir. Sácala con un papel absorbente o una esponja.
2. Para despegar etiquetas y calcomanías. Odio los productos que tienen las etiquetas de precios pegados, pero a veces se ven mejor si no intento sacarlas, pues quedan por la mitad. Échale el aire caliente del secador desde súper cerca y veras como la goma se va evaporando. Las etiquetas se caen prácticamente solas. La misma técnica funciona para sacar calcomanías en sitios inapropiados. Uno de mis hijos adoraba ponerlas en las ventanas de los autos. Nos tocó sacar una extensión eléctrica gigante y quitarlas una a una con la ayuda del secador.
3. En la pastelería. Al igual que le pasa al cabello, el frosting, la crema decorativa de los pasteles y cupcakes queda más brillante si se le aplica calor. Eso sí, pónlo en la intensidad más baja y en la temperatura más alta.
4. Para acelerar un proyecto escolar. Cuando estás ayudando con uno de esos proyectos que les mandan a los niños se pierde mucho tiempo esperando a que se seque la goma de pegar. El secador reduce la espera en más del 75%.
5. Para secar una manchita. Estan todos listos para salir de la casa y a alguien le cae una gotita del café o un poquito de pasta de dientes en la camisa. Lávala con un poquitito de jabón para lavar los platos y sécala con el secador. En menos de cinco minutos parecerá que no pasó nada.
Imagen vía Wikimedia Commons
