Sue Torres, chef y propietaria del restaurant Sueños, en Nueva York, a quien al igual que nosotras le fascina el aguacate, nos compartió esta receta que combina ese maravilloso frutos con otras dos de mis frutas favoritas: el mango y la papaya (lechosa). El licuado es perfecto para cuando estás en plan de rebajar y quieres hacerte un batido delicioso, rico en vitaminas y minerales, y que te mantenga llena por más tiempo. ¡Reemplaza el desayuno perfectamente!
Más en MamásLatinas: 20 Licuados con avena que te garantizan un vientre plano
Este energizado licuado, cortesía del Hass Avocado Board, solo contiene 170 calorías y es un desayuno súper completo que puedes preparar en menos de 10 minutos. Es increíble todos los nutrientes que aporta a nuestro organismo incluyendo potasio, fibra dietética, proteína, folato y omega 3. Además, según me explicó Sue, proporciona 10% de la ingesta diaria que requerimos de vitamina A, 40% de la vitamina C, 6% del calcio, y 4% del hierro.
La siguiente receta rinde para tres porciones y aunque yo prefiero mis licuados o batidos tomármelos recién hechos, este se conserva muy bien en el refrigerador hasta por dos días.
Ingredientes
1 aguacate grande y maduro, sin semilla ni cáscara y cortado en cuartos
1/3 taza de leche de coco
½ taza de mango maduro, picado en trozos grandes
½ taza de papaya madura, picada en trozos grandes
½ taza de yogurt orgánico bajo en grasa, sabor vainilla o natural
1 taza de hielo
Pizca de sal
Preparación
Coloca el aguacate, la leche de coco, el mango, la papaya, el yogurt, el hielo y la sal en una licuadora.
Licúa hasta lograr una consistencia homogénea.
Vierte el licuado en vasos fríos y sirve inmediatamente. Puedes almacenar el licuado en un recipiente hermético y conservarlo en el refrigerador hasta por 2 días; sin embargo, es mejor servirlo el mismo día que lo preparas.
Sugerencias para servir: Para un toque diferente, sirve el licuado en vasos adornados con chile rojo en el borde. Rocía chile rojo en polvo en el centro de un plato mediano, hasta obtener una capa fina. Vierte ½ taza de jugo de piña en un bol pequeño. Enfría los vasos y moja el borde de cada vaso en el jugo de piña y luego en el chile rojo en polvo.