La de pleitos que me habría ahorrado con mi mamá, cuando yo era pequeña, y con mis hijos, por el tema de cómo y cuando hacer la cama. Ahora resulta que, según un estudio de una prestigiosa universidad, no sólo no hay que hacerla como nos enseñaron. Es más, parece que ni siquiera hay que hacerla.
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Científicos de la Universidad de Kingston, en Gran Bretaña, afirman que hacer la cama es malísimo. ¡En serio! Aparentemente es terrible para la salud, porque los ácaros del polvo y otras bacterias microscópicas se quedan atrapados entre las cobijas y, aún peor, se nutren con el calorcito. ¡Ya me dio comezón, nada más escribiendo esto.
Los expertos afirmaron que en personas normales esto se traduce en incomodidad a la hora de dormir o alergias intempestivas. Sin embargo, empeora drásticamente la situación de las personas con problemas pulmonares, como los asmáticos y alérgicos. ¿Qué tal? Te aseguro que en cuanto publique este post se lo voy a mandar directo a mi mamá.
La solución sería retirar las mantas y sábanas de los colchones y dejarlos respirar todo el día, aseguran. Pero eso, a mi juicio, nos quitaría el placer de hacer y ver una cama preciosa, arreglada. Siempre he sentido que una habitación se siente ordenada con tan solo hacer la cama.
Para mí, la solución es dejar airear la cama un rato en las mañanas. Tengo una amiga que le hecha un desinfectante en spray, pero a mí eso me parece que arreglas una cosa y empeoras otra. No puede ser muy sano pasar la noche respirando esos químicos que se quedan pegados a las camas.
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