A veces pienso que en Estados Unidos Thanksgiving es una celebración aún más importante que Navidad o por lo menos es la que más se asemeja a la Navidad en nuestros países. Aunque llevo muchísimos años viviendo aquí, todavía se me hace difícil entenderlo. Lo que sí he aprendido en todos los años que llevo celebrando el Día de Acción de Gracias es que hay ciertas cosas que puedes y debes hacer para asegurarte que todo salga bien, especialmente si vas a ir a una cena como invitada.
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Déjale saber a la anfitriona si vas a poder asistir a su cena en cuanto recibas la invitación. No se te ocurra presentarte con gente que no fue invitada a menos que lo hayas comentado con la dueña de la casa con antelación. Aunque no parezca la gran cosa, es de mal gusto.
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Ofrece llevar algún platillo a la cena, pero no te impongas. Lo mejor es dejar que la anfitriona te diga si hay algo que le hace falta. Si alguien en tu familia tiene alergia o no come carne, por ejemplo, ofrécete a llevar un platillo vegetariano.
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Llega a tiempo y vístete de manera apropiada. No tienes que ir extremadamente elegante, pero recuerda que no es una celebración cualquiera. Por esa misma razón, trata de hacer todo lo posible por no llegar tarde.
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Evita hablar de temas polémicos o demasiados personales que podrían hacer sentir incómodos a los demás invitados.
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Ofrece tu ayuda para limpiar después de la cena. Desde algo tan simple como levantar los platos de la mesa hasta ayudar a meterlos en la lavadora o lavarlos a mano si es necesario.
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Manda una tarjeta de agradecimiento a tus anfitriones no muchos días después de la fiesta. Déjales saber lo bien que la pasaste y lo agradecida que estás que te hayan invitado.
Imagen vía Thinkstock
