Los que dicen que la casa debe ser un santuario no tienen que trabajar todo el día y lidiar con hijos pequeños, mascotas, parientes y un marido poco dispuesto a poner la ropa y los zapatos en su sitio. No cabe duda de que debería ser el refugio después de las locuras que se viven en la calle, pero ¿quién tiene tiempo para descansar? Quizá los que viven solos o tienen empleados domésticos, pero como ese no es mi caso me tocó ponerme creativa para encontrar calma dentro mi hogar y lo logré.
De nada sirve que todo esté en su sitio, tener un espacio precioso y hasta que los niños te dejen oir la música más relajante, si la cabeza te sigue dando vueltas, o sí tú misma no te das el espacio para parar y relajarte.
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La idea es que no sacrifiques lo posible por lo ideal. Escoge las batallas que quieres dar con los que te vuelven loca en la casa y aplica estos consejitos para que veas que llegarás a tu casa con una gran sonrisa, porque ya sabes que desde que entres hay espacios que te harán sentir consentida y por ende: Relajada.
Busca un sofa bien cómodo
Puede ser un sofa, pero también un sillón, una mecedora o si tienes espacio hasta una hamaca. Lo importante es que tengas un espacio, que no sea la cama, donde te sientas cómoda y descanses cuando llegues a casa o cuando todos se vayan a dormir. Llévate una taza de té herbal o descafeinado o una copa de vino. Aunque sólo te refugies allí por 10 minutos va a valer la pena.
Rodéate de naturaleza
No todos podemos o queremos vivir en el campo, o tenemos espacios verdes para disfrutar diariamente, pero tener plantas en la casa ayudan mucho con la relajación. En mi casa me miran como loca porque me pongo como mi abuela a hablarles y hasta a cantarles a mis matas, mientras las podo y les limpio las hojitas, pero a mí me hace mucho bien.
Busca sonidos relajantes
Si hay algo que produce estrés sin darnos cuenta es el ruido. Pocos tenemos el privilegio de vivir cerca del mar o de un río, cuyo sonido está entre los más relajantes, pero una fuente pequeñita se puede poner en cualquier rincón de la casa. Lo mejor es que hasta ayuda a los bebés a dormir mejor.
Usa la aromaterapia
Busca una flor cuyo olor te guste, mi favorita es la lavanda. ¿No te sientes automáticamente más descansada tras inhalar su aroma? Como las flores, a menos que sean carísimas compradas en floristerías especializadas no huelen mucho, puedes lograr ese efecto através de velas aromatizadas o aceites. Como mis hijos aún están pequeños, no me gusta prender velas en casa cuando ellos están. No es raro ver pelotas volando por los aires. Pero si pongo aceites con olor en los bombillos de las lámparas. Todo huele delicioso sin químicos.
Benefíciate de la fotografía
Frente a mi cama tengo una foto de mis paisajes favoritos. Cuando no puedo descansar miro la imagen de mi playa favorita, de mi vacación más especial y de la casa de mi infancia. Inmediatamente me lleno de paz.
Aprovecha las paredes
Lo que hay en las paredes de tu casa puede deprimirte, agobiarte o cansarte más. Pero igualmente puede pintarte una sonrisa en la cara y ayudarte a descansar. Piensa en los colores que te hacen sentir mejor. Si vives alquilada, pues fíjate en estas calcomanías de pared. No dan ganas de tirarse en esa cama y soñar con un paseo delicioso.
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