Meghan Markle oficialmente pertenece al mojigato mundo de la realeza en donde los bikinis están mal vistos, por no decir prohibidos. No obstante, aunque el Palacio de Kensington quiera intentar borrarlo, la esposa del príncipe Harry tuvo un pasado, que con la existencia de la internet ocultarlo será imposible. Situaciones como esas son las que la realeza tiene que resolver, cuando no se trata de una mujer de sangre azul. Pero eso es algo con lo que ya han lidiado antes.
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Abrumada por la presión de su mediático noviazgo con el príncipe, la actriz estadounidense acabó cerrando sus cuentas de Instagram y Twitter, donde tenía una legión de seguidores, pero no hay poder real que pueda hacerlas desaparecer de un plumazo.
Y es que Meghan Markle nunca tuvo reparos en ponerse un traje de baño de dos piezas, y no solo eso, sino que además le encantaba publicar sus selfies en las redes sociales. Aunque ahora la atención no está centrada en su pasado, sino en cómo criará a su bebito Archie, siempre es bueno recordar la vida de los famosos antes de alcanzar su punto más glorioso de fama.
Meghan posa muy sonriente antes de su primera boda.
La actriz se casó en septiembre de 2011 en una playa de Jamaica y posó así de natural y sonriente con un bikini amarillo que le sentaba de maravilla. A simple viste se nota un abdomen muy bien trabajado tanto con ejercicios y posiblemente dieta. Claro, eso es algo muy normal en la vida de la farándula y el espectáculo.
No hay nada como relajarse en bikini a bordo de un yate.
Aquí vemos en un segundo plano a Meghan Markle tomando el sol con su gran amiga Jessica Mulroney en el verano del 2016 durante un "merecido descanso" tras meses de grabaciones. Ya la duquesa no podrá disfrutar con tanta libertad junto a sus amigas, pero eso es algo que venía con el paquete al convertirse en la nuera de la fallecida Lady D.
Meghan tiene mucho gusto a la hora de elegir sus bikinis.
Otro bikinazo de Instagram que ya no podremos ver y es una lástima que las normas de la realeza sean tan puritanas a estas alturas del siglo XXI donde la mujer debería ser libre de tomar el sol como le de la gana. ¿Te imaginas lo hermosa que se hubiese visto con un modelito como este, pero ahora con su barriguita de embarazada?
¿Qué cóctel se estarían tomando?
Fue durante un girl's trip con sus amigas en el invierno del 2016 y nos podemos hacer una idea de lo bien que le sentó a Meghan el solecito viviendo en ese tiempo en Canadá. Además de la libertad de soltera que perdió Meghan, ya no podrá vestir como se le antoje y mucho menos darse escapaditas como estas.
Meghan tiene una figura que quita el sentido.
Y nos imaginamos que ese debe ser otro de los motivos por los que el príncipe Harry muere por los huesos de su novia, aunque tenga que pedirle permiso al Palacio. Esta fue otra de las fotos que desapareció de la cuenta de Instagram de la actual duquesa de Sussex.
Y es aficionada al yoga desde joven.
Muy seguramente lo heredó de su madre porque es instructora de yoga y Meghan solía publicar en su cuenta de Instagram momentos de relajación como este que sus fans han rescatado para el recuerdo. Quizás todavía lo practica, pero en la privacidad de su enorme palacio acompañada de alta seguridad.
Sus bikinis han llegado a las portadas de las revistas.
La revista italiana Chi provocó un terremoto en Kensington con esta portada de su edición de marzo del 2017 en la que Meghan lucía esbelta en bikini y el príncipe Harry mostraba unos abdominales de acero. Ahora solo figura en revista de alta alcurnia y por supuesto, luciendo más recatada que nunca.
Fue musa inspiradora en las revistas de caballeros.
En el 2013 hizo una espectacular sesión de fotos para la revista Sharp mostrando su lado más sensual y el resultado fue impresionante. También puedes ver el video del behind-the-scenes dando clic aquí. El negro sigue sieno predominante en los atuendos actuales de Meghan, pero claro sin nada de transparencias.
En "Suits" no faltaron tórridas escenas de cama.
La química que había entre Meghan Markle y Patrick J. Adams fue uno de los grandes atractivos de la serie de USA Network y dándole clic aquí puedes ver algunas de sus escenas más subidas de tono. ¿Será que el príncipe Harry ya vio estas escenitas? Como dicen que la curiosidad mató al gato, de seguro no pudo aguantarse.
Y también protagonizó otros ardientes momentos en la gran pantalla.
En uno de los capitulos de la popular serie CSI New York, Meghan interpretó en el 2006 a una sexy Verónica Pérez que se dedicaba a limpiar casas de ricachones en lencería. Ahora la lencería es para lucirla ante su esposo, mientras que otros se encargan de la limpieza y de dejar el palacio inmaculado.
