En mi país, y seguro que en el tuyo también, tenemos el dicho de que "lo barato sale caro", en el caso de las mochilas escolares, también agregaría que lo de moda y hasta lo más bonito también sale caro. En mis 11 años preparándo a niños para el regreso a clases, si hay algo que he aprendido es que a la hora de escoger la mejor mochila hay que ser más práctico que otra cosa.
Más en MamásLatinas: Los 5 mandamientos de las mochilas escolares
Recuerda que esta es una decisión sumamente importante, ya que una mochila puede ser muy cool, pero además de no durarle todo el año, puede que termine lastimando a tu pequeño.
Aquí te paso mis tips para que la mochila que escojas aguante todo el año en buen estado.
El color es más importante de lo que crees.
Por muy lindo y de moda que esté, una mochila de color claro no va a durar todo el año sin parecer un asco. No caigas en la tentación de comprar una así o más clara para el uso diario. Acuérdate de que las mochilas suelen andar por el suelo y tiradas por las esquinas.
Presta atención a los bolsillos.
Mientras más compartimientos tenga, menos posibilidades de que se haga toda un desastre por dentro. Algún líquido que se derrame, una pared interna doblada, una rasgadura no van a ser el fin del mundo si es solo en un lado de la mochila.
Asegúrate que tenga un fondo reforzado.
Nuestros niños van cargados como burritos y, a menos que accedan a usar el locker que les da la escuela –el mío pasó los tres años de Middle School negándose porque no pudo con el candado– van a llevar su vida en la mochila. Fíjate que tenga un buen material en la parte de abajo para evitar que se desfonde.
Los tirantes gruesos son la mejor opción.
No son solo más duraderos, si no que son los mejores para proteger la espalda de tu chiquito. Eso sí, acostúmbralos a que se los pongan en los dos hombros. Si no es caso perdido.
Los tirantes adaptables son súper útiles.
Ya sea que la cantidad de cosas que deben llevar cambie, o que tu niño crezca, es importante que la mochila se adapte a sus necesidades.
Un cierre de buena calidad es esencial.
Pocas cosas dan tanta rabia en este mundo de los artículos escolares como tener que tirar a la basura una mochila en perfecto estado, porque se le rompió el cierre y sale más caro mandarlo a arreglar que comprar una nueva.
Busca una que esté hecha de material duradero.
Libros de esquinas puntiagudas, lápices afilados, tijeras. Todas esas cosas y más van dentro de las mochilas y las pueden romper si el material es delicado. Eso por no hablar de las patadas, pisotones y demás maltratos que sufren en la escuela.
Un estilo neutro es una buena idea para evitar problemas.
Más de una vez me puse a comprarle a mis niños una mochila de su súper héroe favorito, para que dos meses después se negaran a usarla porque alguien les hizo una burla o ya se cansaron de él. No te cases con ningún personaje, patrón o estilo. Lo clásico es lo mejor.
El tamaño es muy importante a la hora de escoger.
La mochila debe llegarle a tu hijo un dedo por encima de la cintura. Es el mejor tamaño para protegerle la espalda, pero también debes verificar que le quepan las cosas. Te vas a cansar de verle con los libros en las manos y gastarás dinero en una mochila nueva. ¡Te lo aseguro!
Si es impermeable, ¡mejor!
Esto no es indispensable, pero te lo recomiendo. Te vas a ahorrar libros, tareas y hasta mensajes de las maestras empapados.