
Ojos: check! Labios: check! Mejillas… Vamos a deternernos ahí. Es que hace poco me surgió la duda de cuál es el lugar ideal para colocar el rubor y la mejor forma de hacerlo. Busqué la información, y aprendí muchísimo. Así que quiero pasártela para que puedas destacar los encantos de tu rostro.
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Comienza por el tono de tu piel

Primero, define de qué color es tu piel. Entonces, escoge un color que se asemeje, pero en un tono más subido. Puedes dejarte llevar por esta guía: si tu piel es clara, opta por tonalidades anaranjadas, rosas y vinos; si es oscura, los rojos y marrones quedan muy bien; y si es más dorada, los tonos anaranjados, cobres y tostados son los ideales.
¿En polvo o en crema?

Siempre me he hecho esta pregunta: ¿cuál es la diferencia entre el rubor en polvo y el cremoso? Para evitar cometer el error de usar el que no es para mí, aprendí que si tienes la cara grasosa, debes utilizar el que viene en polvo. En cambio, si la tienes reseca, es mejor optar por la crema.
Si vas a usarlo en crema...

Es importante que sepas cómo difuminarlo si lo eliges en crema. Para hacerlo, un truco es que te enfoques en el área de la manzana de la mejilla.
Para que se vea más natural

A veces, colocar el rubor justo en la manzana lo hace ver muy artificial. La modalidad nueva es aplicarlo desde el mismo centro de la mejilla hacia arriba. Esto ayudará a darle forma y sombras a tu rostro, que es una de las claves del contouring.
Para un look delicado

Para que tus mejillas se vean como si tuviesen naturalmente color, aplica el rubor antes de colocar la base.
El poder de la brocha

Los expertos recomiendan usar una brocha angular, ya que es más precisa y te ayudará a darle contorno a tu rostro.
Antes de aplicarlo

Asegúrate de eliminar el exceso del blush antes de aplicarlo. Para esto, sacude un poco la brocha luego de pasarla por el rubor.