Rosie Rivera, la hermana menor de la desaparecida Jenni Rivera, confesó recientemente que en más de una ocasión se ha hecho uno que otro "arreglito", para mejorar su apariencia. Lo que no vas a creer es cuántos ya se ha hecho la hermana de la Diva de la Banda.
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La presión por la belleza, la fama y la fortuna, llevó a Rosie a someterse a varias cirugías plásticas a temprana edad. La primera de ellas se la practicó con apenas 18 años cuando se sometió a una lipo escultura. Rosie, que tiene 36 años, continuó luego con un aumento de busto y lipectomía.
Pero esto no fue suficiente ya que luego de perder casi 100 libras de peso, le quedó la piel flácida y colgando por lo que se sometió a otra cirugía para cortarte el sobrante de piel en el abdomen, los brazos, y los párpados.
Rosie también se colocó en el pasado la banda gástrica para perder peso, algo que su hermana Jenni apoyó económicamente.
Además de lo anterior, Rosie se aplica bótox en el rostro regularmente y se hace tratamientos en la cámara hiperbálica, que sirve para llevar oxígeno a todas partes del cuerpo.
Luego de hacer una dieta rigurosa y mucho ejercicio, Rosie luce espectacular y parece feliz. Su vida cambió tras la muerte de su hermana Jenni y ahora vive como una celebridad, con una agenda apretada y compromisos con la prensa igual que una artista.
Y es que su vida no ha sido fácil, de niña se refugió en la comida tras ser abusada por la ex pareja de Jenni y durante mucho tiempo sufrió de depresión. Durante su primer embarazo aumentó casi 60 libras que le costó mucho perder.
Hoy Rosie luce muy bien. Asegura que tiene mucha energía y se ve feliz a pesar de todas las dificultades. Esperemos que se mantenga así para que no tenga que seguir recurriendo al bisturí. En todo caso, ha sido muy valiente al hacerse todos estos "arreglitos". Solo esperemos que no se trate de una adicción.
Imagen vía Rosie Rivera/Instagram