
La mayoría olvida que los pies necesitan tantos mimos como el rostro. A final de cuentas, ellos te soportan todo el día aunque los tortures con tacones kilométricos u horrorosas pedicuras. Más allá de la resequedad común o sudoración, existen otros "pequeños" problemitas que si bien son asquerosos de hablar, es necesario que los elimines de raíz para evitar que se salgan de tus manos. ¡Prepárate!
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Mal olor

Existen muchísimas razones para que esto pase, pero la falta de higiene es una de las más comunes. Si le sumas unos zapatos muy cerrados o calcetines mal lavados, la cosa se empeora.
Combátelo con: Vinagre

El vinagre, la sal y el bicarbonato, junto al limón, son excelentes limpiadores, ¡incluso para tus pies! Sumérgelos en una solución tibia y seca. Verás que en unos días el olor desaparece por completo.
Uñas enterradas

Si cortas de manera incorrecta tus uñas, usas zapatos apretados o pasas semanas sin al menos pasarte una lima, ten por seguro que tus uñas terminarán enterrándose. ¡Y el dolor es terrible!
Combátelo con: Aceite tibio

Mi mamá, quien sufría de uñas encarnadas, me enseñó este truco: calienta una cucharada de aceite vegetal y espera que se enfríe un poco. Una vez tibio, colócalo en esa área, frota y trata de sacarte el uñero con cuidado. ¡Verás que es infalible!
Ampollas

A más de una le ha pasado por vanidosa. Las ampollas suelen aparecer por el constante roce en los zapatos, sea porque caminaste mucho, usaste tacones altísimos o peor, te pones la talla que no es. Si no las tratas como se debe, puedes acabar con heridas, infecciones y hasta acumulación de piel muerta en el área. ¡Uy!
Combátelo con: Aloe vera

Alivia las molestias de las ampollas (y evita que se endurezcan) aplicando el gel de la sábila directamente en la piel.
Talones agrietados

Una cosa es la resequedad momentánea y otra es que tus talones luzcan más agrietados que una carretera en construcción. Cuando está a ese nivel, puede provocarte heridas y durezas difíciles de eliminar con una simple piedra pómez.
Combátelo con: Limón

El ácido del limón actúa como un “peeling” suave que disuelve las grietas. Eso sí, espera que se hayan sanado por completo para evitar que veas al diablo en interiores.
Hongos

Hoy en día es más fácil contraer hongos que un resfriado. Y es que tus pies están expuestos a todo, más aún cuando utilizas chancletas en el verano, vas a piscinas públicas, te bañas en las duchas de los gimnasios y, lo más escalofriante, vas a hacerte pedicuras en cualquier spa o salón. ¡Se me paran los pelos!
Combátelo con: Sal marina

Una simple solución de agua con sal marina, aplicada varias veces al día, te ayudará a eliminar los horribles hongos. No te olvides de probar estos otro cinco trucos ¡que sí funcionan!
Juanetes

Aunque es un problema hereditario, las mujeres son más propensas a los juanetes por utilizar los zapatos incorrectos. No es una deformación superficial, así que una vez que aparece es poco lo que puedes hacer por tus pies.
Combátelo con: Laurel

Si apenas te está saliendo un juanete, aprovecha para “remediarlo” con una mezcla de hojas de laurel, lavanda y ruda en agua tibia. Sumerge tus pies ahí y repite el proceso todos los días por tres meses. Te aseguro que le dirás adiós a los dolores.