Todo lo que debes saber sobre los polvos faciales

Compactos, en polvo, minerales. El mundo de los polvos de maquillaje es más extenso de lo que te puedas imaginar. Lo peor es que uno de los errores más terribles es que las mujeres los usan de la forma incorrecta. Antes de que pegues el grito en el cielo, acá te damos una simple pero completa guía sobre polvos faciales ¡que sin duda te sacará de apuros!

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El polvo facial era un must-have en tiempos de mami y abuelita. No había mujer que no saliera a la esquina sin pasarse un poquito de compacto en la cara. ¿Te acuerdas? Y aunque de momento te quitaba el brillo, no vamos a negar que el resultado era más acartonado que otra cosa. ¡Sin mencionar el daño que le hacías a tus poros y a la salud de tu piel!

Para que aprendas a usarlos como se debe y que no termines aplicándolo sólo porque sí, te doy una guía básica que, te aseguro, va a sacarte de cualquier aprieto.

  • Conoce la diferencia. Recuerda: los polvos finos o sueltos se utilizan para sellar delicadamente el maquillaje, siempre como paso final. Los compactos, para matificar el rostro a mitad del día. Los minerales y de alta definición se usan en casos específicos. Por ejemplo para estar frente a las cámaras, para sesiones de fotos o cuando tienes acné o sensibilidad.

  • Los polvos no son bases ni mucho menos. Su función es retirar cualquier exceso de grasa del rostro y hacer que tu maquillaje se mantenga intacto por horas y horas.

  • Asegúrate de escoger uno que se adapte a tu tono y tipo de piel. Algunos polvos son más fuertes que otros y a pesar de que parezcan igual a simple vista, créeme que la diferencia será obvia cuando salgas a la calle.

  • Utiliza una brocha gigante si vas a aplicar polvos y una esponjita para las versiones compactas. Si me preguntas, yo te recomendaría las brochas al 100%. Te dan una apariencia más natural.

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