MIRA: Ella está obsesionada con ser Jessica Rabbit y no parará hasta lograrlo

La obsesión de esta mujer australiana residenciada en Japón parece no tener límites. Desde que tenía cinco años de edad se le metió en la cabeza que quería tener el cuerpo de Jessica Rabbit, el espectacular personaje de dibujos animados que aparecía en el filme ¿Quién Engañó a Roger Rabbit? (1988).

Penny se ha practicado hasta el momento dos cirugías para agrandarse el busto el cual luce exagerado en talla O, pero para ella no es suficiente y quiere llevarlo al doble ¡Dios santo! Además, desde hace dos años ha amoldado su cuerpo a la forma de un corset, que se quita únicamente para bañarse. 

Lo más preocupante es que sus órganos internos se han afectado, pero para la muy maniática todo está bien, con tal de verse como su personaje de ficción favorito ¡no vas a creer cuánto se parece!

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La joven de 25 años casi no come, no se puede ni sentar y hacer cosas tan cotidianas como conducir son un verdadero viacrucis para ella. Quisiera saber si alguien le habrá advertido del peligro al que somete su salud, pues abusar de tanto procedimiento quirúrgico seguramente tendrá sus consecuencias.

Ya se empiezan a ver pero para Penny nada es excesivo. Al contrario, presume con mucho orgullo su par de "lolas" enormes y una cintura pre fabricada que le ha costado muchas molestias. Andar con una faja súper estrecha a toda hora no debe ser nada cómodo, pero a la muchacha le encanta verse como la sexy Jessica ¡al precio que sea!

Lo que inició con una sesión de fotos en corsé para complacer a su marido, se ha vuelto rutina, al punto que la mujer afirma que es como su armadura. Su poca autoestima se transformó con todos estos cambios bastante extremos, que me parecen bastante exagerados si se compara su estatura y cuerpo con los senos y cintura que se gasta.

Imagínense que actualmente tiene 26 pulgadas de cintura y 55 pulgadas de busto, gracias a los cuatro meses seguidos que se sometió a la terapia del corsé y el par de cirugías en los senos, pero a cambio de cuánto esfuerzo.

Las pocas veces que se lo quita, la piel le queda muy roja e irritada y ha tenido que olvidarse de sus comidas preferidas. "A principio sentía dolor e inconformidad pero ahora entiendo cómo mi cuerpo puede soportarlo", dice la muy ingenua, a quien no le preocupa el movimiento de órganos. El hombre es un animal de costumbre y ahora nada parece perturbarla.

"Adoro mi cuerpo y mi figura pero todavía quiero conseguir más proporciones extremas", afirma la arriesgada mujer a quien su marido apoya con esta odisea corporal. Espero que tenga mucha suerte en este tortuoso camino que ella misma escogió, para intentar imitar a alguien que ni siquiera es humano ¡qué peligro!

Imágenes vía Fcebook