
Las rutinas de belleza del tiempo de las cavernas han vuelto a la vida, literalmente. ¿Se acuerdan cómo la dieta paleo juraba que una alimentación estilo crudo cómo lo hacían nuestros ancestros era la mejor? Bueno damas y caballeros, ahora esa misma teoría se trasladó a nuestro rostro.
La teoría se basa en que todos desarrollamos en la pubertad un "manto ácido" sobre nuestro cutis, que es un tipo de capa que se hace con el sudor y sebo para proteger la piel de bacterias. Pero lo que haces todos los días la destruye.
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Cuando lavamos constantemente nuestro rostro, ese manto ácido se desvanece y dejamos nuestro cutis reseco, y cambiamos su pH con químicos externos como cremas, tonificadores y productos contra el acné. Inclusive el jabón de barra es de lo más dañino porque es alcalino, lo cual desvanece por completo el manto.
Muchas mujeres por ello han recurrido a un nuevo método para evitar el acné y la piel reseca, y la práctica vaya que es 100% natural. La solución que encontraron fue no lavarse el rostro.
Así como lo oyen. No jabón, no maquillaje, no cremas, nada de aceites, nada de nada. Suena como todo un reto, pero creo que tiene lógica. Años de evolución hicieron a nuestra piel crear esa capa para protegerla de agentes externos y nosotros ahora con toda esta obsesión antibacterial destruimos lo que la naturaleza ya había compuesto.
Al menos una periodista de la que encontré una reseña lo intentó por 60 días. ¿El resultado? Increiblemente dijo que su piel mejoró en los primeros 30 días. No le salieron granitos, se veía humectada y la sentía suave. El problema fue que en los siguientes 30 días ya tenía una capa de suciedad y se veía grisácea.
"Como no me estaba lavando la cara o exfoliando, capas de células muertas estaban acomodadas en mi rostro, día tras día… mi tono de piel se volvió grisáceo y aparecieron manchas en mis ojeras y frente".
Al término del reto, la chica se fue a hacer un facial, pero advirtió que aunque todo extremo es malo, menos siempre es más.
Yo recuerdo que mi dermatóloga me decía que solo necesitaba jabón y agua una vez al día en mi rostro, nada más, para tenerla perfecta y creo que tiene razón. Mientras más químicos utilizamos más le quitamos el brillo natural.
Imagen vía Corbis