¿Sabías que muchas mujeres en las antiguas civilizaciones recurrían a un mismo tratamiento para rejuvenecer su piel? Con el tiempo y la tecnología, este fácil método quedó en el olvido, pero no por ello es menos efectivo que una crema de 100 dólares.
Las reinas del pasado lo hacían antes de meterse a un baño caliente, preparaban una toalla y un pequeño recipiente lleno de hielo. Ahora te explico cómo funciona la increíble técnica.
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Ellas colocaban la toalla sobre el hielo mientras se relajaban en la tina y aplicaban la toalla congelada sobre su cutis. Cuando ya no estaba fría, volvían a colocarla sobre los hielos y repetían el proceso.
El hielo tiene la ventaja de suavizar la piel haciendo menos notorias las arrugas. Después de hacer los fomentos con hielos, se repetía el mismo, pero con agua caliente, y se lavaban el rostro con agua tibia.
Tú puedes seguir los mismos pasos y repetir el tratamiento 2 ó 3 veces por semana después de tomar una ducha en tu regadera.
Te dejo una receta para agregarle valor al método y mejorar el resultado:
Mete al congelador un vaso de agua mineral. También puedes usar té verde. Agrega al vaso los siguientes aceites y congélalo.
Aceites:
4 gotas de aceite de rosas
2 gotas de aceite de geranio
2 gotas de aceite de menta
El aceite de geranio relaja tu piel, la menta la tonifica al contario y la llena de energía. ¡El aceite de rosas es para que huela rico!
Si no tienes ninguno de los anteriores, puedes simplemente hervir agua con pétalos de rosas o una rodaja de naranja y congelarlo. Tendrás los mismos resultados. ¡Disfrútalo!
Imagen vía Corbis
