Por muchos años tuve una relación de amor-odio con la cebolla. Mientras que reconozco sus increíbles beneficios para la salud, detesto su sabor. La sensación de la cebolla cocida en el paladar es capaz de regresarme a los peores momentos de mi infancia, cuando me obligaban a comerla sin protestar. Sin embargo, desde que descubrí que es una herramienta esencial para las que nos gustan los tratamientos naturales de belleza, pues he creado una tregua. Casi le tengo cariño, aunque no tanto para comerla sin una moderada dosis de recelo. ¿Cómo así? Pues es que no sabes para todas las cosas para la que es buena.
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Un cabello sensacional: Si quieres que el pelo te crezca rápidamente y brille más
que nunca, corta una cebolla en pedacitos y ponla en una botella de champú. Déjalo
reposar durante unos 15 días y después aplícatelo con cada lavado. No te preocupes
si cuando tienes el pelo mojado te huele a cebolla porque cuando se seca el olor
desaparece. ¿Preparada para lucir melena?
Evita las marcas por las mordidas de insectos: Las propiedades bactericidas impiden que cualquier marquita por una picada te deje una mancha. Si te picó una hormiga, un mosquito o algo similar, machaca una cebolla y pon el liquidito que bota sobre la picada dos eces al día.
Acaba con los sabañones: Una de las cosas que no extraño del invierno son esas ronchas rojas y picantes que puede provocar el exceso de resequedad y frío. Un remedio rápido es frotar media cebolla cruda sobre la parte afectada.
Combate el acné y sus manchas : Si quieres eliminar de forma natural ese molesto y persistente acné, moja un algodón en el jugo de cebolla, aplícalo en todo el rostro y déjalo actuar unos diez minutos.
Rejuvenece tu cutis: si aplicas el jugo de la cebolla en tu cutis y dejas que se absorba, verás que tu rostro comienza a limpiarse de impurezas y verás que poco a poco tu piel se verá más joven y saludable.
Imagen vía Corbis Images
