Por más cuidado que se ponga en esta parte del cuerpo, lo cierto es que se trata de un espacio que fácilmente puede irse deteriorando debido a que la piel del cuello es muy delgada y tiende a promover la flacidez. Si no se cuida debidamente, al igual que el rostro, registrará un envejecimiento prematuro.
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El cuello es la zona del cuerpo más proclive a convertirse en delatadora de la edad.
Los cosmetólogos coinciden en que, con el paso del tiempo, la piel del cuello tiende a promover la flacidez porque tiene menos glándulas sebáceas y, por tanto, se deshidrata fácilmente y se seca.
Por otro lado, la musculatura del cuello suele ser más débil -a menos que se ejercite específicamente- y al tener una posición vertical sufre las consecuencias de la ley de gravedad.
Normalmente se pone mucho énfasis en el cuidado diario del rostro, pero nos olvidamos de la piel que está por debajo del mentón… Hasta que aparecen las arrugas o la papada y entonces puede ser muy tarde.
En el cuello se debe aplicar la misma rutina de cuidado que se tiene para el rostro; esto es: limpiar, exfoliar e hidratar. Siempre con movimientos ser ascendentes: desde la parte inferior hasta la barbilla.
Es vital la protección solar y la constante hidratación de la zona. Se sugiere también recurrir a métodos como la microdermoabrasión, un procedimiento estético que elimina las capas exteriores de las células de la piel.
Un buen consejo es mantener la postura correcta del cuello y la cabeza, pues así evitas la aparición de arrugas prematuras en el cuello. Si trabajas por horas frente a una computadora, pon la pantalla a una altura adecuada.
Otro truco es elegir una almohada que sea fuerte y alta para ayudar a mantener la fluidez en el cuello y jamás sostener el teléfono entre la oreja y el hombro.
Tips para reducir la papada
Masaje: con crema reductora, extender la piel, después dar pellizcos y palmadas.
Ejercicio: Con la boca cerrada, traza con la lengua, sobre el paladar, círculos en el sentido de las agujas del reloj.
Con la espalda recta y los brazos cruzados, estira el cuello hacia adelante y gira lentamente la cabeza a la derecha. Mantén así por dos segundos. Vuelve a la postura inicial y después debes girar a la izquierda. Repite 10 veces.
Imagen vía Mezcalent