No puedo negar que me encanta el aguacate. Me fascina como ingrediente de ensaladas, como acompañante de sopas y también como ingrediente principal de salsas como el guacamole y la guasacaca.
Pero cada vez que me queda un pedacito de aguacate mal puesto en la cocina, pues lo uso para prepararme una mascarilla con aceite de linaza y miel que tiene propiedades humectantes e hidratantes únicas. Para prepararla sólo tengo que poner en un tazón de vidrio o cerámica, medio aguacate Hass, o un cuarto de los aguacates grandes, y majarlo junto con una cucharadita de aceite de linaza y una cucharadita de miel.
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Antes de aplicarme la mascarilla, me aseguro de tener la cara limpia y el cabello recogido. Además, como siempre que me pongo la pongo me gusta acostarme mientras me hace efecto, cubro mi almohada con una bolsa plástica y luego pongo una toalla oscura para evitar que nada se manche.
La mascarilla me la unto con una brocha en todo el rostro, menos en el área de los ojos. Si tengo dos rodajitas de pepino a mano, me pongo una en cada párpado y acostada espero que transcurran 15 minutos.
Al término de ese cuarto de hora, me enjuago la cara con abundante agua tibia y como por arte de magia descubro que tengo mi piel mejor humectada que si me hubiera hecho un tratamiento carísimo.
Imagen vía Johanna Torres