Cuando iba en la universidad tuve un accidente que por fortuna sólo acabó con mis pestañas. Digo que por fortuna, porque pudo haber sido mucho peor, ya que el calentador ¡me explotó en la cara! Gracias a Dios, sólo sufrí quemaduras de primer grado, pero aun así, tuve que seguir un tratamiento, para que no me quedaran cicatrices en el rostro.
No sabes lo mal que me sentí de tener que ir todos los días a la universidad con una especie de máscara que me cubría toda la cara. Y al mismo tiempo, también estaba muy triste porque había perdido mis adoradas pestañas. La verdad es que en aquel momento pensé que nunca me volverían a crecer. Pero comencé a aplicarme una mezcla de aceite de ricino con aceite de almendras todas las noche lo cual milagrosamente hizo que, después de unos meses, mis pestañas volvieran a su tamaño habitual.
Claro está que también depende de la genética de cada persona. En mi caso, ésta me ayudó, ya que desde que era niña mis pestañas eran largas. No obstante, lo que sí es un hecho, es que el aceite de ricino es famoso por dar muy buenos resultados, no sólo en el crecimiento de las pestañas, sino también en el de las uñas.
Aquí te dejo la receta para que lo compruebes por ti misma.
Ingredientes:
- Aceite de Ricino
- Aceite de almendras dulces
- Aplicador de rímel (limpia un cepillito de rímel que ya no uses). Si no tienes algo así a la mano, también puedes utilizar un hisopo para limpiar las orejas.
Preparación:
En un frasquito coloca los aceites y mézclalos. Con el aplicador, pasa por tus pestañas dos capas de la mezcla, como si te estuvieras poniendo máscara de pestañas y cuida que no te entre a los ojos. Duérmete con la mezcla para que los aceites surtan efecto en tus pestañas. Tienes que repetir este proceso todas las noches para que realmente funcione.
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Mi consejo es que no te desesperes, si no ves resultados de inmediato, ya que requiere constancia, pero vale la pena ¡porque el efecto te sorprenderá!
¿Qué te parece esta receta? ¿Te animarías a probarla? Déjanos un comentario con tu opinión.
