¿Podemos juzgar tú y yo a Patricia Krentcil, la mamá que ha sido acusada de poner en peligro el bienestar de su hijita de 5 años al aparentemente llevarla a un salón de bronceado? Claro que quiero tener algo que decir cuando veo falta de conciencia tal por parte de una mamá, pero me pregunto si ya es demasiada la atención que se le ha dado a esta madre tanoréxica (claramente obsesionada con alcanzar el bronceado más extremo posible).
Desde Saturday Night Live hasta Jimmy Kimmel Live, la televisión anglosajona ha disfrutado ridiculizando a Krentcil (ahora conocida por todos los medios como la ¨Tanning Mom¨). En una entrevista esta mañana en el programa Today, por NBC, ella dijo que ¨Se siente bien estar bronceada¨. Hmmm… ¿Hasta dónde llega el derecho de esta mujer de lucir como quiera aunque al resto del mundo nos parezca un carbón?
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Si bien es cierto que como madre veo las acciones irresponsables de cualquier mamá que se atrevería a poner en riesgo la salud de sus hijos como algo que se debe castigar, como mujer tengo que aprender a dejar de juzgar los gustos de otra mujer en lo que respecta a su estilo e interpretación de la belleza propia.
Claro que cuando cada cual se ve en un espejo lo que ve y con lo que sueña es algo bien propio. De hecho, puede que nos riamos de la obsesión de Krentcil por lucir bronceada, pero según un estudio que condujera el American Academy of Dermatology 58 por ciento de las mujeres que respondieron una encuesta reciente dijeron que la gente luce más atractiva bronceada. De ahí que la organización haya lanzado una campaña invitando a las mujeres a aceptar su piel del tono natural. Ahora, si es difícil aceptar nuestro color natural de piel porque lo que buscamos es la imagen ideal de la belleza (más joven, más flaca, más alta, más voluptuosa y más sensual), ¡imagínate lo que es aceptarnos sin pestañas postizas, sin tacones altos, sin extensiones de cabello, sin implantes de senos!
¿Qué me debe importar si Chiquinquirá Delgado es feliz luciendo sus nalgas de tambor (¡la mujer sigue siendo preciosa y simpatiquísima!)? ¿Y qué si Lucía Mendez parece estar abusando de la cirugía plástica? Si Krentcil es una versión de la también súper bronceada Donatella Versace y a ninguna de las dos les preocupa los peligros médicos y los efectos de temprano envejecimiento que resultan de las camas de bronceado, eso es problema de ellas. Bastante grandecitas están.
A mi lo único que me debe importar es que cuando yo me mire en un espejo, me sienta contenta con lo que veo y que las decisiones que tome para lucir así no pongan en peligro mi salud y bienestar. Con el mismo amor, ése sería el consejo que les daría a Krentcil, a Versace y a todas las mujeres allá afuera.
Ya los chistes de ¨pan quemao¨ referentes a Krentcil no me hacen reír como lo hicieron al principio. Así, que como bien dijo ella en su entrevista de hoy, dejémosla a ella y a su familia en paz, y permitamos que sea la corte quien juzgue sus accciones. ¿Sí?
Imagen vía CBS 2