Gorda o flaca nunca tuve que preocuparme por mi barriga antes de tener hijos. Si engordaba, pues todo se iba hacia mi zona posterior. Pero después de embarazos muy voluminosos, cualquier libra extra se viene a la barriga, y lo odio. ¡No sabes cuánto lo odio!
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Como no hice abdominales al ir enflaqueciendo después de tener a mis bebés, pues mis músculos en esa área son prácticamente inexistentes, por lo que he decidido buscar trucos para disimular mi pancita. Aquí te los ofrezco.
1. Evita comer alimentos que te produzcan gases o te hagan retener líquidos. Tú sabes bien cuales son: los enlatados con su excesivo sodio, los frijoles, la coliflor, los quesos —si tienes problemas de lactosa—, las grasas, los fritos.
2. Acepta cuál es tu verdadera talla. Nadie sabe qué talla usa uno. Pero es inevitable darte cuenta que la ropa está apretada. Así que no te cortes la respiración tratando de meterte en un pantalón, para que luego se te salgan los "rollitos" en la cintura.
3. Compra pantalones en los que la cintura te quede un dedo por debajo del ombligo. Es un truco que escuché con bastante desconfianza en un programa de televisión. Para mi sorpresa, funciona. Es el alto ideal del pantalón en la cintura.
4. Usa camisas que terminen a dos dedos por debajo del ombligo. Es donde ya no se levanta la camisa por una curvatura de la barriga y dónde todavía tu silueta no se expande con las caderas. Más abajo te hará ver más bajita. Más arriba más barrigona.
5. Evita los tops con el llamado corte princesa. Parecería que taparían la barriga porque tienen mucha tela en el dorso, pero hacen un efecto contrario y nos hacen lucir embarazadas. Creo que hay pocas cosas tan desagradables como escuchar la pregunta de "Ahh, ¿cuántos meses tienes?" cuando no hay bebé en camino.
Otros trucos son agudizar el escote, usar pantalones que te lleguen hasta la punta del zapato y usar líneas clásicas con diseños que corran verticalmente. Fíjate a ver si el espejo y tu confianza te lo agradecen.
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