¿Tú que piensas: El instinto materno nace o se desarrolla? Existe un gran debate al respecto, aunque independientemente de la respuesta, la realidad es que las experiencias de crianza de una madre incapacitada emocionalmente, una madre ausente 9aunque esté presente), o una madre impedida para lograr un buen rol de mamá, generan consecuencias que pueden desembocar en la salud mental y la formación de la autoestima de los hijos. No se trata de juzgar a nadie, sino de buscar las formas adecuadas de encontrar el equilibrio. No puedes cambiar tu pasado, pero sí puedes cambiar tu presente; así que, si este ha sido tu caso, pon atención a esto.
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Si tuviste malas experiencias de crianza, de nada te sirve culpar a tu madre. Eso haría que te estaciones en un ciclo sin fin que más allá de ayudarte te amargaría la vida. Frases como: "si mi madre hubiera…" o "si mi madre no hubiera…" provienen de un pensamiento que no te sacará del hoyo en el que te sientes.
Toma la responsabilidad de tu salud mental, si conoces cuáles han sido las consecuencias de la falta de protección o de atención durante tu crianza, te será mucho más fácil desarrollar una madre interior saludable para ti. Es momento de tomar el control y tratar de superar ese dolor que te ha causado por todos estos años el tener o haber tenido una madre que no te quiso.
La baja autoestima que te acompaña en el tiempo y provocado por una madre violenta.
Tanto los golpes físicos como emocionales, pudieron crear en ti, miedos constantes, una sensación de alerta permanente, buscar agradar con tal de no recibir un golpe físico o emocional. Además, es posible que tiendas a relacionarte con personas violentas.
Toma conciencia de tus capacidades como mujer adulta y cierra la puerta a cualquier agresión o auto agresión.
Desde las auto descalificaciones (soy una inútil), el descuido a tu salud, el relacionarte de forma tóxica con otros, así como el hecho de repetir la historia convirtiéndote en una mujer o madre agresiva, son parte de lo que debes frenar. Si no puedes, busca ayuda.
El exceso de responsabilidades a temprana edad por inmadurez emocional de una madre que no está lista.
Existen muchos casos en donde las hijas invierten el rol y se convierten en madres de sus madres. Tienden a cuidarlas, a hacerse cargo de protegerlas o cobijarlas. Las sienten poco capaces y entonces se vuelven adultas a muy temprana edad.
Necesitas retomar tu capacidad de disfrutar, de divertirte y deja de estar al pendiente de otros por un momento.
Quizá te acostumbraste a hacerte cargo y en el fondo crees que ese es el rol que te corresponde en la vida. Quizá las circunstancias te forzaron a dejar tu infancia de lado y te brincaste etapas muy importantes.Disfruta, sonríe, suelta
Cuando no sabes cómo manifestar tus emociones ante la crianza de una madre indiferente.
Si viviste frialdad y distancia emocional por parte de tu madre, es muy probable que tu necesidad de afecto y contacto se halla visto bloqueada. Esta falta de calidez puede traer consecuencias de descuido personal, descuido de tu salud y posible dependencia afectiva en tu adultez.
Preocúpate por ti misma y no seas indiferente a tus necesidades básicas, no temas al afecto.
Aunque no estés acostumbrada, no significa que no lo necesites. El afecto y el contacto es parte fundamental en el amor que expresamos a otros. No huyas al acercamiento. Cuida de tu salud y no dejes de atenderte a ti misma, date a ti misma la seguridad que necesitas.
Búsqueda de aprobación y dificultades de sentido de pertenencia por ser hija no deseada.
En muchos casos cuando las madres no están preparadas para ser madres, rechazan instantáneamente el embarazo y muchas de ellas pueden pensar incluso en el aborto. Las consecuencias psicológicas de ese pequeño se darán en su desarrollo emocional.
Despréndete de la necesidad de que tu madre te ame como quieres.
En la constante búsqueda de aceptación y aprobación se esconde la necesidad de tener el amor y la aceptación de tu madre. Comprende tu historia y comprende su historia. Suelta y perdona, y si te es difícil lograrlo, apóyate de un psicólogo.
Cuando tu madre te rechazó por padecer depresión post parto y al crecer evitas todo contacto emocional con otros.
Cuando la depresión que sufrió tu madre, impidió que tuviera un contacto amoroso contigo y además impidió que estuviera atenta a tus necesidades cuando eras bebé. Es posible que hayas percibido el mensaje de que la cercanía y el afecto no son necesarios y eso repercute en tu futuro.
Atrévete a mostrar tu afecto y date la oportunidad de conectarte emocionalmente con tus seres queridos.
Quizá no estés acostumbrada, sin embargo, es importante que, a través de un abrazo, una mirada o una caricia, pongas mensajes sin palabras. Es básico que te conectes con los demás y no pienses que eres fría por naturaleza.
Tienes una persistente sensación de desamparo y de melancolía inexplicable debido al desapego emocional que percibiste de tu madre.
A pesar de que racionalmente estás consciente de que eres una mujer capaz de valerse por sí misma, tienes esta sensación que te produce angustia constante. Por lo tanto, buscas estar acompañada la mayor parte del tiempo y te genera cierto nivel de angustia pasar tiempo a solas.
Aprende a pasar tiempo contigo misma, habla con tu niña interior y acompáñate.
Necesitas darte el cobijo que necesitas hablando contigo misma, imagina que tomas de la mano a tu niña interior y que la haces sentir acompañada. Pídele que no tema, que ahí estas para cuidar de ella.
Tienes una relación de amor-odio con tu madre que alimenta tus resentimientos día con día.
Es posible que sientas la necesidad de su cercanía, pero cuando la tienes cerca de inmediato la rechazas, entrando en una confusión emocional interminable.
Sana tus heridas, trabaja sobre el perdón hacia tu madre y no te obligues a estar cerca de ella sino quieres.
A veces la cultura, los sentimientos de culpa o la necesidad de aprobación, te pueden llevar a la creencia de que la necesitas para ser feliz. Sin embargo, también sientes mucho rencor y por lo tanto la relación resulta todo un desastre.
Cuando te es difícil encontrar tu identidad y ser tú misma debido a una madre excesivamente crítica.
No hagas, no digas, no seas, son mensajes muy directos de una madre que criticó cada paso que diste o que das. No está conforme con ninguna de tus acciones y te señala equivocaciones por todos lados. Esto te limita a sentir libertad interior y te impide contactar y manifestar tu verdadero yo.
Deja de cuestionarte a ti misma si con tus decisiones agradarás a otros o no, suéltate y se tú.
Es posible que de la crítica hayas pasado a la autocrítica. Estas tan acostumbrada a pasar todo por el filtro de la pregunta ¿Les agradará a otros lo que hago? Que antes de hacerle caso a lo que tú quieres, prefieres complacer con tal de evitar la crítica.
Te acostumbraste a ser el bote de basura de otros por tener una madre que descargaba en ti sus frustraciones.
Escuchar a tu madre quejarse de todo e inclusive quejarse del hecho de ser tu madre, y de las dificultades que ha tenido que sortear por ello, implica que tu te sientas culpable y por ello que te sientas con la obligación de escuchar sus quejas tóxicas o las quejas de otros.
Comprende desde el corazón que tu no tienes la culpa de las decisiones de tu madre, no te sientas culpable por ello.
En ocasiones en Terapia me encuentro a mujeres que se sienten culpables por el hecho de haber nacido. Se consideran un error y un causal de la ruina de alguien más. Esto es terrible, imagina que esta idea te acompañe por siempre. Resultaría devastadora para tu autoestima.
Vives culpando a tu madre de todo lo que te pasa impidiéndote madurar y tomar las riendas de tu vida.
El problema es que, en esta necesidad de afecto y miedo al abandono, es posible que hayas detenido tu madurez y sientas que la responsable de todo lo que vives y lo que te pasa es tu madre. Si bien es cierto que tiene mucho que ver, estás en una etapa donde tienes que hacerte cargo de ti misma.
Toma las riendas de tu vida y aprende a ser la mejor madre que puedas tener para ti misma.
Ha llegado el momento de hacerte responsable de tu propia salud mental y emocional. Si caes en el victimismo, te quitas todo el potencial que necesitas para salir adelante. Busca ayuda profesional, date el cariño que se te negó y bríndate el calor y amor que necesitas. Nadie más lo hará por ti.