Queda poco más de un un mes para la gran boda del año en el pomposo mundo de la realeza europea y uno de de los detalles del que todos están hablando es de la tiara que utilizará Meghan Markle en su gran día junto al príncice Harry.
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La familia real británica posee en su impresionante colección diversas joyas espectaculares para la ocasión, todas con su propio pedacito de historia, y pronto podremos conocer uno de los secretos mejor guardados de está mediática boda.
La tiara Strathmore Rose de la bisabuela de su prometido.
La impresionante tiara perteneció a la reina Isabel, madre de la actual soberaba británica, y se ha posicionado entre las favoritas en todas las quinielas.
La tiara Spencer de la familia de Lady Di.
Fue la joya que utilizó la madre del príncipe Harry el día de su boda con el príncipe Carlos y también ha ganado muchos puntos porque sería un bonito homenaje a la princesa de corazones.
La tiara Cartier Bandeau de la familia real.
También perteneció a la reina madre Isabel, bisabuela del príncipe Harry, y es una espectacular joya de la casa Cartier.
La tiara Flor de Loto que también ha usado la duquesa de Cambridge.
Es una de las favoritas de la princesa Margarita y la esposa del príncipe Guillermo ya la ha utilizado en más de una ocasión.
La tiara Fringe que más suele usar la reina Isabel.
La joya original fue un regalo de la reina Victoria a su hija María, que también terminaría siendo reina, aunque hacia 1930 le hizo algunas adaptaciones hasta su composición actual.
La tiara Teck Crescent lleva décadas sin ser vista en público.
Otra delicada joya de la reina María que muchos seguidores de los royals deserían volver a ver y qué mejor ocasión que la boda del príncice Harry y Meghan Markle.
La tiara de zafiros que la reina usa en las recepciones diplomáticas.
Es una de las joyas más emblemáticas de la casa real británica pero los expertos no la ven del todo adecuada para lucir en una boda.
La tiara Vladimir que terminó en la casa real británica a principios del siglo pasado.
La joya perteneció a la realeza rusa y era la preferida de la gran duquesa Maria Paulovna, pero con el triunfo de la revolución rusa en 1917 fue saqueada del país y acabó en manos de la reina Isabel en 1924.
