Dicen que un niño mal criado no nace sino que se hace y aunque en estos tiempos las madres somos mucho más comprensivas y flexibles, no te pases de la raya permitiéndoles todo. Los límites son importantes para que crezcan con valores, así que si encuentras estas señales de conducta incontrolable en tus hijos, algo estás haciendo mal y debes cambiar tus estrategias ¡ya!
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A ninguna madre que conozco le gusta que sus hijos formen berrinches, por lo que muchas veces prefieren ceder a sus caprichos antes de tener que aguantarles sus pataletas o, lo que es peor, pasar una vergüenza delante de desconocidos. Pero, lo cierto es que estamos cometiendo un error cuando permitimos que pase esto.
Sigue leyendo para que veas lo dañino que puede ser permitir este tipo de comportamientos y otros más y cómo hacer para corregirlos.
Disfruta rompiendo y destruyendo las cosas.
Si tu pequeño es muy colérico y le da por lanzar cosas y romperlas y tú le repones o reparas lo que destruyó lo estás induciendo a la falsa creencia de que no pasa nada si destruye. Es él quien tiene que reponer o reparar con su propio esfuerzo.
Te dice que sí a lo que le pides, pero no lo hace.
Puede aparentar ser muy obediente en sus respuestas pero no lo es en sus acciones. Así que es importante que le retires privilegios sino cumple con el acuerdo, como por ejemplo: "Ya que no apagaste el televisor cuando te lo pedí, el televisor necesitará descansar y no lo verás por dos días".
Te cambia el cumplimiento de una responsabilidad por un premio.
"Hago mi tarea pero si me compras algo". ¿Te suena conocido? Si casi siempre tienes que ofrecerle algo a cambio de su buena conducta, lo estas mal acostumbrando a ello y pensará que cada responsabilidad en la vida siempre debe ser compensada con un premio.
Se niega a hacer labores en casa.
"No quiero que descuide las tareas, quiero que disfrute su infancia". Este pensamiento es muy peligroso ya que la formación de hábitos debe comenzar a muy temprana edad. Dale una labor adecuada y aprenderá sobre el trabajo en equipo y el esfuerzo compartido.
No sigue tus instrucciones , te ignora o se burla de ti.
Si cuando le hablas ni siquiera te voltea a ver o se burla, está descalificando tu autoridad. Esta es una conducta en la que te está retando. No lo dejes pasar y pídele con firmeza, sin gritos y mirándolo a los ojos que siga tus instrucciones y quédate ahí hasta que lo haga.
Hace berrinches incontrolables.
Cuando te niegas a darle lo que quiere y hace una pataleta que dure quizá un par de horas con la intención de que le cumplas un capricho, debes contenerte. No le des lo que quiere y explícale después con calma el porqué no cediste ya que de lo contrario formaras un niño voluntarioso.
Nunca es suficiente y quiere todo para él.
Si tu pequeño no se conforma con nada, se queja todo el tiempo y siempre quiere más y más, es porque sabe que siempre le cumples sus caprichos. Debe entender que a veces puede tener lo que desea y a veces no, así que no seas tan complaciente todo el tiempo.
Pide que le resuelvas todo.
Hacer todo por ellos los pone en riesgo de no desarrollar por sí mismos sus habilidades y capacidades para enfrentar la vida. Si lo sobreproteges le estás enviando el mensaje de "tú no puedes" y limitarás su autoconfianza sin querer.
Es agresivo y no respeta a sus figuras de autoridad.
Permítele expresar sus emociones pero sé clara y enfática en que no debe hacerlo contigo y que debe respetarte y respetar a los otros*.* "Si estás enojado, es mejor que le grites a tus muñecos y si quieres golpear a alguien, golpea a la almohada, después hablamos".