La preocupación excesiva por la imagen puede convertirse en un riesgo para nuestras hijas. El peso que des a la apariencia física es clave en la aceptación de tu cuerpo y si tu hija te observa, aprenderá de este ejemplo. Es básico que les enseñes a amarse para evitar problemas futuros con su autoestima. Acá te paso unos consejos.
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Imagen vía Corbis
Hay una diferencia entre "quiero verme bonita" y "quiero sentirme bonita"
Te invito a que cierres tus ojos y pronuncies ambas frases, te aseguro que notarás la enorme diferencia entre el arreglo para agradarte a ti misma y el arreglo para agradar a otros. Enseña a tu pequeña a “sentir” la belleza.
Ojo con la edad y las creencias sobre belleza
De acuerdo a la fundación Dove, el 54% de las mujeres comienzan con la necesidad de ser atractivas cuando tienen entre 6 y 17 años así que son edades clave en las que necesitas estar muy alerta para que a través de lo que observe en ti fomentes el amor a su cuerpo.
Evita las críticas a tu cuerpo ya que es muy mal ejemplo.
Si tu hija te observa criticándote frente al espejo y escuchando tu insatisfacción constante a través de comentarios como: ¡que gorda estoy, mira estas arrugas, que mal me veo!, puede aprender que el espejo sólo muestra lo peor de ti.
Haz del amor al cuerpo una práctica espiritual.
El cuidado y la protección al cuerpo es una veneración a este vehículo que nos permite ver, escuchar, palpar, degustar y transitar por el mundo. Es un agradecimiento continuo por lo que nos permite lograr y sentir en nuestro camino de vida.
Háblale sobre la belleza de un cuerpo desnudo.
El pudor no tiene que ver con la vergüenza. Si bien es cierto que hay que instruir a nuestras hijas sobre el abuso sexual, también es importante que consideren su cuerpo como un regalo de la vida y no como un riesgo que las mantenga alerta y con miedo todo el tiempo.
No niegues tu energía femenina.
He escuchado a muchas mujeres hacer comentarios frente a sus hijas sobre lo desagradable que es ser mujer, descalifican su periodo menstrual o estigmatizan a la mujer con una carga de dolor y sufrimiento. Acepta el regalo de ser mujer y tu hija lo aceptará también.
Rejuvenece el cuerpo desde el alma.
No quiero que me confundas, no hay nada malo en usar tratamientos, buscar una mejor talla o una linda apariencia. Lo importante es que no sea para complacer o ser aceptada, es mejor que ese cuidado sea efecto del amor y aceptación de ti misma.
Envejece con dignidad.
La imagen no es permanente, si luchas toda tu vida por alcanzar un estereotipo que ni siquiera forma parte de tu temporalidad, estarás enseñándole que ser tú misma está mal y que el tiempo es enemigo y quiza tenga temor al crecer.
Menciónale las maravillas del cuerpo.
Recuérdale continuamente: "Tu cuerpo te hace vivir, te alimenta, te ayuda a pensar, a sentir, te sostiene, agradécele todos los días porque te permite existir".
Reflexiona y pregúntate: ¿Qué me gustaría que mi hija sienta respecto a su cuerpo?
Sé que como madre quieres lo mejor para ella y también estoy segura que harás la parte que te corresponde para que lo logre. Ama tu cuerpo para que tu hija ame su cuerpo, no existe otra fórmula.