Hoy en día la delgadez es un valor, pero todo en extremo es malo, especialmente en el caso de los niños. Sin embargo, hay formas comprobadas de ayudar a tus flaquitos a ganar peso y sin drama. Aquí tienes algunas de las mejores.
Más de MamásLatina: Los 6 factores más comunes que afectan el crecimiento de tu hijo
Imagen vía Stock
Primero determina si tu hijo está demasiado delgado.
No te fíes de lo que digan las abuelas o tías bienintencionadas, pero que podrían pensar que un niño regordete es un niño sano.
Consulta con el pediatra antes de tomar cualquier decisión.
Pídele al médico que te recomiende un nutricionista.
Un especialista en alimentos te podrá orientar bien sobre qué debe comer tu niño o niña y el ritmo en el que debe subir de peso.
Decántate por alimentos con grasas buenas.
Huevos, aguacates, nueces y muchos más, están entre los alimentos que tienen más calorías y son buenos para la salud. Estudia cuáles son y escoge para agregar a la dieta de tu hijo los que más le gusten, o menos les disgusten, según sea el caso.
No te obsesiones con las grandes comidas.
Lo importante es que tu niño coma más comida y con más calorías y nutrientes. No vale la pena en obsesionarse con el cuándo o como. En casos de problemas de salud, la disciplina es menos importante que el lograr que coma todo lo que debe.
Las meriendas son un aliado para cumplir con el objetivo de que aumente de peso.
Haz de la comida algo divertido.
Estas tostadas con pan integral, mantequilla de maní y frutas, podrían verse poco atractivas para un niño quisquillosos para la comida, si son presentados de la forma tradicional, pero puedes crear todo un juego si se las presentas así, y lograr que se las coma completitas.
Presta atención a lo que tu hijo bebe y cuándo.
Un niño que bebe antes de comer tendrá menos hambre cuando sea la hora de comer. Lo mismo aplica para dulces y meriendas que lo hagan sentir lleno a deshora.
Estimúlalos a hacer ejercicio.
Los niños que están en movimiento y que pasan tiempo al aire libre tienden a tener mejor apetito.