La desnutrición y la obesidad, son los extremos de una mala alimentación. Te cuento que de acuerdo a la OMS, la nutrición es uno de los pilares de la salud y el desarrollo de tu pequeño. Y aunque a veces el tema de la comida puede convertirse en una batalla campal con nuestros hijos, es necesario proporcionarles una dieta sana para evitarles efectos que a la larga puedan afectar su calidad de vida. Toma nota de las consecuencias y no lo dejes pasar.
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Posible retraso en el crecimiento y alteraciones de peso y talla.
El aumento de peso y talla llevan un ritmo natural, mismo que la mala alimentación podría alterar. Si tu pequeño no recibe las calorías que necesita o recibe demás, sus etapas de desarrollo como: sentarse, caminar e inclusive hablar, estarán totalmente desequilibradas.
Efectos en el desarrollo de su cerebro y por lo tanto posibles consecuencias en sus funciones mentales.
Según los especialistas, el periodo crítico del proceso evolutivo en el desarrollo de su cerebro, es desde que está en tu vientre, hasta los 2 o 3 años de edad. Por lo tanto, si existe carencia nutricional, su desarrollo cognitivo y su capacidad de aprendizaje se verán severamente afectados.
Tiene influencia en el desarrollo psicomotor de tu pequeño y por lo tanto en sus habilidades motrices.
La psicomotricidad implica la interacción que tu pequeño tiene con el medio ambiente. De ello depende la manipulación de su cuerpo y de los objetos. Las deficiencias de micronutrientes como hierro, yodo y zinc, han sido correlacionadas con la falta de habilidad motora.
Altera la inmunidad y por lo tanto puede incrementar la propensión a enfermedades.
Como bien sabes, el sistema inmunitario de tu pequeño es el sistema de defensas de su cuerpo contra organismos infecciosos y por lo tanto lo protege de enfermedades. Su fortalecimiento depende de la alimentación y si no es la óptima, su respuesta inmunológica será deficiente.
Puede afectar el desarrollo del lenguaje por deficiencias en la musculatura oral y facial.
Un tono muscular adecuado y una buena coordinación facial, ayudan a que tu pequeño pueda articular de forma óptima las palabras. Comer balanceadamente, garantiza un sinnúmero de texturas y sabores que fortalecen oro facialmente.
Puede afectar el desarrollo personal y social de tu pequeño.
La mala alimentación puede desembocar en apatía por la falta de energía necesaria para realizar las actividades pertinentes a su edad. Puede tener muchos estímulos alrededor y no reaccionar por carecer de interés. Su falta de vigor puede tener efectos futuros en su rendimiento escolar.
Puede ser causante de muchas enfermedades y desequilibrios en la salud de tu pequeño.
Tanto por obesidad como por desnutrición, enfermedades como: diabetes, hipertensión, alteraciones de sueño, desánimo, cansancio, anemia, bocio y marasmo, pueden ser ocasionadas por la mala alimentación.
Repercusiones en el neuro desarrollo y en la salud neuro psiquiátrica.
Desde la concepción hasta el tercer año de vida, la disponibilidad óptima de energía, proteínas, micronutrientes y oxígeno forman un sistema nervioso sano. La malnutrición altera los neurotransmisores, siendo un posible factor de riesgo para determinadas afecciones psiquiátricas.