Delores Curtis, una abuela de 59 años, se perdía de celebraciones familiares por su peso. Todo cambió cuando ella regresó de un viaje con su esposo y no quería reconocer a la mujer obesa en las fotos. Decepcionada de su apariencia, Delores decidió transformar su vida perdiendo peso de la forma más fácil del mundo.
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Ese viaje a Dallas fue lo que inclinó la balanza. Se sentía tan fuera de lugar porque no podía caminar ya que se quedaba sin aliento. No fue capaz de recorrer la ciudad con su marido porque su presión arterial seguía subiendo. Notó con incertidumbre que su esposo no podía abrazarla porque estaba muy obesa. Con tan solo cinco pies con cinco pulgadas de altura, Delores pesaba 350 libras. ¡La mujer era enorme! Había hecho todas las dietas posibles y siempre perdía unas cuantas libras pero las subía nuevamente en unos meses.
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Post by Delores Curtis.
La abuela tomó las riendas de su vida y aprendió a leer las etiquetas de los alimentos. Dejó de comer azúcar y limpió la cocina de chucherías. Empezó a preparar sus propias meriendas saludables con nueces, granos y semillas. No comió carbohidratos, harinas, carnes procesadas ni bebidas azucaradas por un mes y perdió 20 libras. Esa fue la inspiración que necesitaba para seguir perdiendo peso. Conquistó la bestia (el gimnasio) y decidió ir ya que ella ya que lo estaba pagando. Aprendió a caminar con la velocidad más baja y ahora usa la más alta por 45 minutos.
Delores perdió 181 libras haciendo algo que todas podemos hacer. Simplemente aprendió a comer bien y empezó a hacer ejercicios. Para bajar de peso no hay que pagar planes de dieta, ni entrenadores costosos, lo que tiene que haber es determinación. Delores descubrió quién era al negarse a ser la gorda de la foto. Su historia es realmente inspiradora porque lo hizo sola. Ahora esta abuela quiere viajar por todo el mundo y participar de todas las tendencias de ejercicios porque no hay nada que se atraviese en su camino.
Imágenes vía Delores Curtis/Facebook
