Rayar el auto, romper el parabrisas, ridiculizar, contar un secreto importante, mutilar el pene, o en el peor de los casos hasta un acto criminal. Así puede ser la reacción de algunas mujeres que se sienten traicionadas. El desengaño es capaz de transformarlas. Un tema interesante ¿no crees?
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Imagen vía Corbis
Las mujeres somos más emotivas
El dominio de las emociones detona en los instintos, la emoción impide el paso a la razón y la necesidad de lastimar en la medida que te sientes lastimada nubla cualquier posibilidad de respuesta sana y adulta.
Influyen factores bioquímicos
La sensación que produce el despecho tiene correlación con nuestro instinto protector y de supervivencia. El sentido de defensa baja el nivel de progesterona y como en todo instinto, se vuelca el ataque en su máximo potencial.
Cuando el sometimiento no funciona
Algunas mujeres permiten TODO con tal de tener el amor y la atención de su amado. Al darse cuenta que el sacrificio no funcionó, la decepción es tan grande que la venganza es consecuencia de la desilusión vivida.
Por apego
Al desarrollar apegos poco sanos, puede tener el pensamiento de que sin el no puede vivir o respirar. Cuando la traición toma tintes de abandono se desquita por la soledad y por la expectativa de protección no cumplida.
Por celotipia
Los celos, la inseguridad y la creencia latente de que hay alguien mejor, mantienen en un constante temor a la mujer que se obsesiona con la idea de una futura traición. Para evitar el dolor que se avecina, prefiere la revancha.
En la venganza como en el amor, la mujer es más bárbara que el hombre
Esta frase de Nietzsche ilustra perfecto que cuando algunas mujeres pierden la cordura, sucede lo inimaginable y los actos sanguinarios se hacen presentes bajo la falsa idea de hacerse justicia.
Es una puñalada a la autoestima
La competencia femenina es algo muy importante en los casos de revancha. La mujer suele planearla con cautela y suele estar enfocada a ridiculizarlo o evidenciarlo en su masculinidad.
Proviene de una ofensa repetitiva
Curiosamente es más fácil que una mujer perdone una infidelidad que un hombre, así que la revancha suele darse después de muchas traiciones por lo que el dolor acumulado puede duplicar la reacción.
Tenemos muy buena memoria
Nuestro cerebro está dotado de una serie de conexiones que nos permiten recordar cada detalle. Esto resulta poco favorable cuando la mente trae el recuerdo constante con todo y las emociones implicadas.