Mi hija mayor tiene 5 años y un gran dilema: elegir entre ser doctora o estrella de rock. Aunque mi esposo y yo le decimos que no se preocupe, que tiene mucho tiempo para decidir, sabemos que en un abrir y cerrar de ojos estará en la universidad. Entonces, seremos nosotros quienes enfrentaremos otro dilema: cómo pagar sus estudios.
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¿Crees que nos preocupamos en exceso? Yo diría que no si tenemos en cuenta las cifras. Un artículo reciente especifica que cuatro años de carrera en una universidad pública pueden costar alrededor de $60,400, y al menos $131,600 en una privada. Además, se estima que esos valores se incrementan un 6.5 por ciento anual. Como verás, es necesario estar preparados para el inicio de la vida universitaria de nuestros chicos.
Por eso, si volvemos a la pregunta antes planteada, la respuesta está en la planificación, especialmente en la financiera. Pero, ¿cómo hacerlo? Para tener una idea de los pasos a seguir, hablé con Aquiles Larrea, CEO de Larrea Wealth Management, empresa que presta servicios de asesorías financieras, y esto fue lo que me recomendó:
1. Inicio temprano. La planificación económica debe iniciarse tan pronto como sea posible, y eso significa que puede hacerse desde antes de que nuestros hijos nazcan, durante el preescolar o en escuela la primaria. No es necesario esperar a que estén en la secundaria para pensar en el tema.
2. Un plan para cada uno. Una vez tomado el primer impulso, el de empezar, es necesario buscar un plan de ahorro que se adapte a las necesidades familiares, teniendo en cuenta las metas y objetivos.
3. Costos y beneficios. A veces lo más económico no siempre es la mejor opción, y en ese sentido, Larrea recomienda consultar con un asesor de impuestos si el plan de ahorros que tenemos en mente, tiene sentido para nuestra situación fiscal.
4. Presupuesto. De nada sirve tener el mejor plan si no se puede cumplir. Por eso, debemos estar seguros de ser capaces de lograrlo, creando un presupuesto familiar previsivo, es decir, que tenga en cuenta múltiples escenarios.
5.Asesores. Contar con un especialista en el tema es una herramienta importante. Y esa ayuda se puede encontrar tanto en el sector público como en el privado. Según Larrea, algunos estados brindan dicha orientación. Todo es cuestión de gustos y necesidades.
6. Imprevistos. Las cosas no siempre resultan como las planeamos, y en caso de imprevistos como la disminución de los ingresos familiares, es importante pedir ayuda para reenfocar el plan y no perder lo realizado hasta esa fecha.
7. Otros especialistas. En las últimas etapas del estudio de los chicos, es recomendable contar con el apoyo de especialistas en temas universitarios. Ellos, en conjunto con un asesor financiero, pueden ayudarnos a encontrar alternativas como subsidios federales y becas escolares, entre otros.
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