Angustia, es la palabra que podría definir la visita al pediatra para recibir vacunas, todos los padres la hemos sentido y ni hablar de los más pequeños. Atravesar por este proceso es un mal necesario del que no podemos escapar, sin embargo te paso estas recomendaciones para reducir el dolor al vacunar a los niños y convertirte en su supermami.
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Imagen vía Corbis
Amamanta a tu bebé
No desperdicies la calma que produce el pecho. Toma a tu bebé en tus brazos permitiéndole que succione, de seguro no notará el desagradable pinchazo.
Ofrécele algo dulce de tomar
Un estudio realizado en el 2012 demostró que los niños que tomaron algo azucarado antes ser vacunados lloraron menos que quienes no lo hicieron.
Carga a tu niño
El contacto piel a piel es una herramienta eficaz en muchos aspectos de la crianza, las vacunas no escapan de la lista. Abraza a su bebé y la angustia se minimizará.
En posición vertical o de pie
Sujetarlo con fuerza solo generará estrés en el pequeño, mantenlo en posición vertical o de pie, esto lo hará sentirse en calma y confiado.
Pregunta por un calmante tópico
Si tu niño tiene menos de 12 años pregunta a tu médico si es posible aplicar un analgésico tópico para aliviar el impacto de la inyección.
Es vital la presencia de papá y/o mamá
No deje en manos de terceros la visita para recibir las vacunas, los niños se sienten más protegidos cuando están en compañía de sus padres.
La calma primero
Los niños tienen la capacidad de percibir el temor y el estrés de sus padres. Si quien se siente estresada eres tu, toma un momento para respirar y demuéstrale a tu pequeño que todo va a estar bien.
Mejor con ropa ligera
No quieres demorarte en esta visita, así que gánale la batalla al tiempo y viste a tu hijo con ropa práctica que permita que todo termine más rápido.
Conversa con tus hijos
De una forma calmada y en palabras sencillas explícale a tu niño que la vacuna es un procedimiento breve que lo protegerá de enfermedades.