Aunque digas lo contrario, nosotras somos las mismas saboteadoras de nuestra belleza. Muchos de los hábitos que acumulamos con el tiempo le hacen tremendo daño a la piel ¡y lo peor es que ni nos damos cuenta! No esperes a que sea demasiado tarde para reaccionar.
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Imagen vía Corbis
Exceso de sol
No es extraño ver a muchas mujeres hoy en día obsesionadas con el bronceado perfecto. No usar protector y estar constantemente expuesta a los rayos solares hace envejezcas prematuramente, además de aumentar tu riesgo de cáncer de piel.
Fumar
Además de provocar cáncer, fumar produce arrugas en tu piel. En un santiamén, tu cutis se resecará y lucirá cansado y sin vida. ¡Ay!
Utilizar productos incorrectos
Limpiar tu cara con el jabón de tu abuelita o prestarle el corrector a tu hermana es un gran error. Recuerda que muchos productos de belleza tienen químicos y si no se adaptan a tus necesidades, podrías terminar con reacciones severas.
Duchas calientes
En invierno son muy agradables, de eso no hay duda. Pero no es la mejor elección. Las altas temperaturas rompen el equilibrio natural de tu piel y resecan las capas de grasas que la mantienen hidratada.
Falta de sueño
Dormir menos de ocho horas diarias produce ojeras y bolsas debajo de tus ojos. Mientras dormimos, la piel se rejuvenece. No es un lujo, ¡es una necesidad hasta para tu rutina de belleza!
Ejercicios a alta intensidad
¡Ojo, no estamos diciendo que no hagas ejercicio! Sin embargo, es recomendable que regules la intensidad pues tiene influencia directa con el colágeno de nuestra piel. Sin eso, tu cutis perdería la lozania y la firmeza.
Estrés
Puede causar brotes de rosácea, psoriasis y acné. El estrés es uno de tus peores enemigos, no solo para tu belleza… ¡También para tu vida!
Comer mal
El exceso de azúcar o alimentos de poco valor nutricional causan inflamación en el cuerpo, reduce el colágeno y la elastina y promueve la pérdida de lozanía en el rostro. ¿Necesitas más señales para dejar esos caramelos?
¡Maquillaje!
Ya va, ¡no te asustes! El maquillaje en sí no te hace daño… Son los hábitos que mantienes alrededor del él. Usar cosméticos vencidos, no lavarte la cara antes de dormir o prestarle tus labiales a tus primas es un camino directo a arruinar tu cutis.