La hija de Ivonne Montero todavía hospitalizada y su padre la ignora totalmente

No quiero ni pensar el sufrimiento de Ivonne Montero. Ella lleva más de dos semanas a lado de su pequeñita en terapia intensiva en un hospital en la capital mexicana. La pequeña sufre de un problema en su corazoncito y, solo las plegarias de su madre y nuestras oraciones podrían ayudarle. Lo que hoy nadie puede creer es que el padre de la nena, sea un desconsiderado, irresponsable que no se conmueva con lo que le pasa a su hija. Ese desconsiderado tiene nombre y apellido y muchos adjetivos más que se merece. Y de mi boca serian todos horribles.

Lee más en ¿Qué más?: Hijita de Ivonne Montero lucha por su vida en terapia intensiva

Me gana el coraje, lo siento pero es imperdonable que un padre no se compadezca del dolor de su ex esposa y el padecimiento de su hija. El padre es un venezolano de nombre Fabio Melanitto, quien está tratando a toda costa de tener un lugar en la farándula mexicana.

Este tipo se casó con Ivonne, se separaron, ella se embarazó y en cuanto él se enteró le dijo el clásico "ese bebe no es mío" y la abandonó. Hasta el sol de hoy no ha conocido a la pequeña Antonella y hoy que esta niña se debate entre la vida y la muerte, este tipo ¡no hace nada! Tiene venas de atole. ¿O qué le pasa?

La pequeña Antonella después de su operación de corazón se ha estado recuperando en el hospital a lado de su madre, y su padre mientras tanto, organizando una reunioncita con sus disque fans -que deben ser bien pocas-.

Espero que a esa convivencia lleguen los medios y lo confronten con su desfachatez. ¿Cómo es posible que ni siquiera tenga la mínima consideración por alguien que en su momento, fue importante en su vida y que le dió una hermosa hija que no tiene la culpa de las broncas de su papás?

Ojalá que un milagro lo haga despertar y deje de ignorar una situación que hoy sería más llevadera para Ivonne y su hija, si él les diera su apoyo incondicional. Es bien cierto que no todos los hombres y mujeres nacieron para ser padres y el título les queda muy, pero muy grande. ¡Que Dios bendiga a esa criaturita!

Imagen vía Mezcalent