Nada peor que estar oliendo horrible sólo porque tu desodorante no funcionó –es incómodo para ti y para los que tienes cerca. Hagámosle un favor al que tenemos al lado ahora que la temporada calurosa está por llegar y pongamos en práctica estos sencillos trucos para que tu desodorante dure por más tiempo. ¡Seguro que te salva el día!
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Confieso que soy paranoica con los desodorantes. Durante toda mi vida he tratado de encontrar el "mejor", ese que se adapte a mis necesidades y sobre todo que me proteja de la noche a la mañana. Pero la búsqueda no ha sido fácil. Luego de años y años, me di cuenta que no se trata de los productos comerciales, más bien de cómo lo aplicas y lo que haces para que se mantenga intacto. ¡Ya te cuento todo!
Seca tus axilas primero: es importante que esa zona no esté húmeda antes de aplicar cualquier tipo de desodorante. Si haces lo contrario, la fragancia y la protección se irán en minutos.
Limpia profundamente: una vez a la semana, lava tus axilas con algún remedio natural en la ducha (por ejemplo, limón y bicarbonato o azúcar y limón) para exfoliar y eliminar las bacterias que causan el mal olor.
Conoce tus necesidades: si eres deportista, no puedes usar un desodorante ligero. Si te encanta estar echada en el sofá, no vale la pena que inviertas en un producto para personas activas. La fragancia queda a tu gusto, pero el "propósito" en sí es lo que hará la diferencia.
Espera que se seque: el truco está en la doble dosis. Aplica el desodorante y tras unos segunditos, reaplica. Quizás suene como un paso extra, sin embargo, será un refuerzo que de verdad va a durarte por horas.
Imagen vía Corbis
