No existen escuelas que enseñen cómo ser una buena o mala mamá, pero tranquila porque viene incluido en el paquete. Normalmente tenemos en cuenta nuestra propia crianza y decidimos copiar el estilo o inventarnos uno nuevo. A la gran mayoría de las mujeres les cuesta trabajo decir NO en la oficina o a una amiga, pero la palabra sale naturalmente cuando tratamos con los hijos. Ya sea para darles lecciones, protegerlos o establecer reglas, esa palabra no se le debería decir a los niños con frecuencia. Hay que aprender a criarlos con la técnica del refuerzo positivo. Sigue leyendo para que veas cómo.
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Hay que guardar el NO para cuando los niños estén más grandes y entiendan el verdadero significado de la palabra. La palabra negativa desmoraliza a los niños pequeños y ellos siempre se sienten culpables. Así que en lugar de decir las siguientes frases, busca alternativas más positivas.
1.¡No molestes!: Tu niño pequeño no comprende que su comportamiento (el cual es normal para él) te molesta porque estás bajo una situación de estrés. Más bien, trata de buscar una actividad que tu hijo pueda hacer por sí solo mientras terminas lo que estás haciendo.
2.¿Por qué no te portas cómo tu hermana?: Es difícil evitar la tentación de comparar a los hijos pero pensarlo y decirlo en voz alta son dos cosas completamenete diferentes. No plantes inseguridades en tu pequeña porque comparas su comportamiento con el de tu otra hija.
3. ¡Tú tienes la culpa!: Se te sale la frase de la boca sin saber cuando tu hijo cometió un error. Ya sea con un amiguito o de disciplina, no es bueno culpar a al niño especialmente en frente de otras personas. Escucha la explicación de tu hijo y enséñale que hay reglas que no se pueden romper.
4. ¡No llores!: Los niños pequeños son más sensibles y normalmente lloran con frecuencia. Es su forma de expresarse ya que su vocabulario es limitado. No le enseñes a guardar sus sentimientos porque si se acostumbra no se va a expresar abiertamente cuando crezca.
5. Te voy a dar… Las amenazas no funcionan con los niños pequeños porque ellos no entienden que las acciones tienen consecuencias. Además lo más probable es que no cumplas la amenaza y el niño va a dejar de creerte.
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