Juntos perdieron casi 400 libras y su historia es inspiradora

Soy una optimista empedernida. Creo que Dios no nos pone pruebas que no podamos superar y que somos más grandes que las dificultades que hemos de enfrentar. Por eso encuentro oportunidades en las crisis y hasta en las circunstancias más extremas siempre encuentro luz. ¿Qué por qué estoy soltando esto así nada más? Pues porque acabo de leer la historia de dos seres humanos extraordinarios quienes vencieron la obesidad en medio de las circunstancias más adversas y hoy son una voz clara que nos dice que sí se puede y que con determinación y disciplina podemos lograr muchas cosas. Sigue leyendo para que veas de qué se tratan estas historias.

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Patty Peña, tiene 40 y tiene 2 hijos. Fue una niña obesa desde que estaba en la escuela primaria y su mamá le compraba ropa de mujeres grandes porque la ropa para las niñas de su edad no le servía. Cuando estudiaba en la universidad llegó a pesar 252 libras. Era de las que se comía las sobras que dejaban sus hijos en los platos. Hasta que un día se dio cuenta que tenía que tomar el control de su vida.

Fue cuando en la escuela donde trabaja introdujeron un programa de fitness para ayudar a los alumnos a vivir una vida saludable. Ese fue el campanazo para Patty. Con su sobrepeso no podía ayudar a nadie. Casi no podía moverse.

Fue entonces cuando comenzó a ejercitarse. Se inscribió en el programa de pérdida de peso a través de la dieta Weight Watchers y en un gimnasio, pero no pudo con la frustración en este último y un día, bañada en lágrimas, decidió ejercitarse con los niños de la escuela en las clases de educación física. Fue así como con constancia cuidando lo que comía y ejercitándose logró perder 132 libras y ahora sólo pesa 120.

Carlos Romero es un analista de operaciones que solía refugiarse en la comida. Tanto, que llegó a pesar 437 libras. En su caso, el haber sido diagnosticado con distrofia muscular fue lo que le movió el piso. Esta enfermedad va debilitando progresivamente los huesos y músculos. Así que decidió tomar las riendas de su vida.

Lo que para otros hubiera sido una tragedia, para Carlos fue la oportunidad de inspirar a otras personas y de decir sí se puede. Se convirtió en para-atleta. Ahora hace ejercicios cardio tres veces por semana y escala hasta 6 veces semanalmente. Perdió 225 libras y ahora pesa 212. Y se ha mantenido ejercitándose, haciendo clases de zumba y sobre todo estando consciente de que querer es poder. 

Imágenes vía iStock, Yahoo