El plátano es un ingrediente que no falta en nuestra cocina latina. Si no fuera porque son tan ricos en hidratos de carbono, podría comer plátanos todos los días de mi vida. Me gustan fritos en tajadas, horneados, en dulce, maduros, pintones, verdes, en tostones o patacones pisados. Amo un buen pastelón de plátano, un mangú, el mofongo, torticas de plátanos, torta de plátano y pare usted de contar. Lo que sigue es una guía de las maravillosas formas de disfrutarlo que le damos a esta deliciosa fruta tropical.
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El plátano es de la misma familia de las bananas, sólo que a diferencia de éstas debe ser cocinado (hervido, frito, horneado) para ser consumido. Conoce en qué punto es mejor cocinarlo y de qué formas.
El plátano verde es el que tiene la concha verde y se usa para hacer los tostones o patacones pisados, para lo cual después de pelados, deben freírse dos veces, sea que estén cordados en rolos o se trate del plátano entero. Una vez que se fríe la primera vez en aceite bien caliente, el plátano se aplasta y se vuelve a freir. Se puede comer solo con sal o como acompañante de carnes, ensaladas etc. También el plátano verde se puede rebanar con la ayuda de una mandolina para hacer mariquitas o chips fritos u horneados.
El plátano pintón es el plátano cuya concha ya está amarilla y con muy pocas pintas negras. Este plátano se puede comer frito en tajadas, horneado o hervido. Es más dulce que el plátano verde, pero menos que el maduro. Dependiendo del gusto de cada quien, se le puede cocinar como el plátano verde o como el maduro.
El plátano maduro es el que tiene la concha casi completamente negra. Mientras más negra la concha, más maduro el plátano. Es magnífico para hacer mandocas, tajadas fritas, para comerlo horneado y servido con queso blanco, para hacer pastel de chucho y tortas de plátano. Éste es mi plátano favorito.
Imagen vía Enriqueta Lemoine