Lorena Rojas sabía desde hace varios meses que el __cáncer l__e ganaría la batalla. Sin embargo, sus últimos días demostraron que fue ella quien ganó la guerra.
Sí, aunque el cáncer le arrebató la vida a los 44 años, recién cumplidos, esta querida actriz mexicana se encargó de demostrarse a sí misma y a todos que lo que cuenta no son los años que estás en esta tierra, sino cómo los vives, de qué los llenas. Lorena Rojas murió en su apartamento en Miami, ese que tiene hermosas vistas a la ciudad y al mar. Falleció rodeada de amor. ¿Qué más se puede pedir ya que había llegado el momento? Su despedida de su hija te va a conmover. Luciana tiene poco más de un año.
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Su hermana Mayra Rojas, que estuvo con ella dándole su apoyo tanto en la enfermedad, como en ayudarla a cumplir su sueño de ser madre, se tomó el tiempo de tuitear, ante la avalancha de mensajes que ha recibido de pésame y pedidos de entrevista.
Amadas lobas! En nombre de mi Hermana @lorenarojas y mío agradezco su profundo amor! Es difícil para mi este momento PERDÓNENME! Las amo
— mayra rojas (@mayra_rojastv) February 17, 2015
A los amigos de la prensa, Denme unos días! Estoy asimilando la pérdida! Ha sido brutal. Pronto hablaremos! Se fue mi hermana @lorenarojas
— mayra rojas (@mayra_rojastv) February 17, 2015
Su pareja, el empresario de teatro, Jorge Monge, no se ha manifestado públicamente y no es para menos. No consigo imaginar lo que debe estar sintiendo este hombre que se atrevió a amar a Lorena Rojas, incluso sabiendo que tenía sobre su cabeza una espada de Damocles, y que según se ha sabido, estuvo agarrándole la mano y dándole amor hasta su último suspiro. El español le había pedido matrimonio en público, sobre el escenario del Microteatro de Miami. Su amor inquebrantable. Conmovedor.
También ha trascendido que Lorena Rojas se despidió de su hija Luciana con la canción que le compuso hace unos meses y que es la principal de su último disco Hijos del Sol. Nada más de pensar en eso se me llenan los ojos de lágrimas.
Los médicos le habían dicho a Lorena Rojas desde diciembre que no había nada que hacer para luchar contra el cáncer. Estuvo hospitalizada tres semanas, antes de que regresara a su casa para fallecer en su propia cama, rodeada de sus amores.
La pequeña Luciana, de un año y cuatro meses, quedó al cuidado de su hermana Mayra, así que probablemente se la lleven a México. Espero que Jorge Monge pueda verla a menudo, pues ha fungido de padre, desde que Lorena la adoptó.
Al saber que el fin estaba cerca, Lorena Rojas hizo sus últimos pedidos. Nada de funerales, nada de lágrimas. Quería que la recordaran en una fiesta con sus comidas y música favoritas. Quiso ser cremada y que sus cenizas se esparcieran en una playa de México, cuyo nombre no se ha dado a conocer. Para ella eso era libertad. Y sí, ahora está libre de tanto dolor que debe haber pasado.
¡Vuela alto guerrera y buen viaje!
Imagen vía Lorena Rojas/Instagram
