Muchas creen que el bronceador tan solo sirve para usarse en el verano. ¡Nada más alejado de la realidad! Los polvos o cremas bronceadores pueden darte un look perfecto en segundos. Todo es cuestión de agregarle un poquito de creatividad a tu maquillaje. ¡Verás que es sencillísimo!
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Me atrevo a decir que la mayoría de las mujeres le temen al bronceador. Después de todo, solo lo usas para verte quemadita, ¿no? Total error. El bronceador, más que el rubor o el iluminador, puede ser tu aliado en materia de belleza. De hecho, con él logras un look fabuloso sin necesidad de aplicar productos por aquí y por allá. Sigue leyendo. ¡Te prometo que te volverás una profesional en un dos por tres!
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Como base: Si te sientes muy pálida, mezcla el bronceador (preferiblemente en crema o en polvo) con tu primer o hidratante favorito para darle un ligero velo de color a tu rostro. No se ve falso y durará más a lo largo del día, además de esconderte las imperfecciones.
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Para definir tu nariz: Haz de cuenta que el bronceador funciona como un corrector. Antes de la base, traza dos líneas verticales a lo largo del puente de la nariz y difumina muy bien. Sella con polvos sueltos. ¿El resultado? Una nariz más respingada y fina.
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Como sombras de ojos: Para acabados naturales, aplica bronceador en la cuenca de los parpados. Eso realzará la profundidad de tu mirada y levanta el arco de las cejas, haciéndote lucir más joven. ¡Pruébalo! Es un truco muy usado en el modelaje.
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Como prebase labial: Cuando quieras usar un tono "nude", procura neutralizar el color de tus labios usando un primer. Simplemente aplica unas pasaditas de bronceador en tu boca y rellena. El efecto también te dará unos labios más voluminosos.
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Para adelgazar tus facciones: Un polvo bronceador en áreas estratégicas, como mentón, quijada y papada, te quitará visualmente los kilos de encima. Aplícalo con una brocha gruesa en movimientos verticales.
Imagen vía iStock