Hoy quiero hablarte de la dieta mediterránea. Pero antes de comentarte las últimas novedades al respecto, voy a referirme a lo que se conoce como dieta mediterránea, que no es un régimen para perder peso, sino el tipo de alimentación y hábitos alimentarios común en el Sur de Italia, en Grecia y España, todos países bañados por el Mar Mediterráneo. Sigue leyendo para que veas de qué se trata.
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Los hábitos alimenticios de quienes viven en esa zona del planeta incluyen un alto consumo de pescados, aceite de oliva, aceitunas, cereales no refinados, frutas, vegetales y legumbres. Además, supone un consumo moderado de derivados de la leche (que por lo general se consumen en forma de quesos y yogur), vino y en general un menor consumo, proporcionalmente hablando, de aves, carnes y productos derivados de la carne.
Esta "dieta" tal como fue definida por científicos de la Universidad de Harvard a mediados de la década de los noventa supone, además de los referidos patrones alimentarios, actividad física (ejercicios, caminatas) regular.
Ahora, un nuevo estudio de la misma Universidad de Harvard afirma que la dieta mediterránea podría disminuir el riesgo de enfermedades del corazón, así como del temible cáncer. Y como si esto fuera poco, también podría ayudarnos a mantenernos más jóvenes.
Y es que al parecer el consumo regular de pescado, frutas, vegetales y aceite de oliva ayuda a retrasar el proceso de envejecimiento del ADN. Sin entrar en mayores profundidades, lo que los científicos encontraron es que la dieta impacta los extremos de los cromosomas que a su vez protegen los llamados códigos genéticos. Palabras más, palabras menos la dieta nos protegería del envejecimiento.
Y como para reforzar más estos hallazgos, científicos británicos dijeron que por la misma razón están recomendando a sus pacientes seguir una dieta balanceada y saludable (como la mediterránea) y hacer actividad física regular.
La que soy yo estoy feliz porque la mediterránea es mi dieta favorita, al punto que siempre digo que tengo un italiano viviendo en mi panza.
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