En mi país se dice que "por los zapatos se conoce a la persona". Aunque más bien creo, que por el estado de los pies, se sabe ¡mucho más!
Me parece una carta de presentación importantísima la manera en que las personas mantienen sus pies y los cuidados que les proporcionan. No es nada grato ver unos pies con hongos en las uñas, raspados y hasta con callos, porque toda estas condiciones pueden prevenirse. Justo los callos no son más que durezas de piel, que se forman por no darle una buena importancia al cuidado de tus pies y a veces, sacrificarlos en pos de la belleza. Se ven ¡feísimos!
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Porque no me vas a negar, que un par de zapatos lindos aunque aprieten, pueden más que un callo, aunque el dolor no es tan inofensivo. Sin embargo, estos sacrificios deterioran de tal manera tus pies que aún visitando al pedicurista, no son fáciles de arreglar. Aquí unos consejitos para evitar esos molestos callos:
No uses tanto los zapatos de tacón. Al contrario, entre más cómodos mejor. Y olvídate de los que te aprietan. Si tú permites que tus zapatos rocen de manera constante los dedos de tus pies, aparecerán callos inevitablemente. Busca zapatos que sean de un material suave, sin costuras gruesas, aunque cuesten más__.__ Evita los de forma en punta, para tus pies ¡son malísimos!
Vamos a la parte de la belleza: Ventila tus pies. Importantísimo que después de un día de completo encierro, llegues a casa y te quites los zapatos. La humedad constante, puede producir hasta hongos en las uñas.
Hidrata tus pies. Si puedes darte un pedicure cada dos semana sería perfecto. Si no, trata de sumergir los pies en agua tibia y tallar las callosidades con una piedra pómez, así los estarás exfoliando de una manera muy natural.
Usa cremas suavizantes y aplica una buena cantidad en las áreas más duras de tu piel, los dedos y los talones. Uno de mis secretos -que comparto contigo- es que por las noches aplico una buena cantidad de vaselina en tus pies, cúbrelos con un par de calcetines y no te los quites hasta la mañana siguiente. En menos de una semana, tus pies se verán y sentirán como los de un bebé.
Por último, no esperes a que el callo sea protuberante, si ya comenzaste a ver una dureza en tus pies, combátela de inmediato. No esperes a que tengas que ir al podiatra para remediarla.
Imagen vía Corbis Images