
Parece mentira que un simple té pueda hacer los milagros que necesitas para entrar en esos jeans que adoras, pero que vieron sus mejores tiempos muchas libritas atrás. Hoy vas a saltar en un pie cuando te cuente de las maravillas del té blanco, que entre otras cosas le dirá adiós a los números de la báscula que tanto te atormentan. Esta infusión además se toma fría y es súper ligera y sabrosa. Ahí te va la receta.
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Primero quiero que te enteres que el té blanco viene de una planta llamada Camellia Sinensis que es originaria de China y sus hojas y yemas son las que producen el té que tiene unas propiedades increíbles para adelgazar.
La primera es que el té blanco tiene el mayor número de antioxidantes que cualquier otro, incluso del té verde, por lo que además lo hace súper benéfico para las personas que sufren sobrepeso y están propensos a la diabetes.
Por otro lado, favorece la digestión y es depurativo, porque ayuda eliminar rápidamente las toxinas y las grasas acumuladas. Ayuda al buen funcionamiento del riñón, porque otro de sus beneficios es que es diurético.
Y si todavía no te convences, te cuento que el té blanco acelera de tal manera el metabolismo que es la infusión que quema grasa más rápidamente y por lo mismo, bajarás de peso igual de rapidito.
Aquí te va la receta que nos comparte los expertos de A Perder Peso:
-10 gramos de té blanco
-1 litro de agua
-1 naranja
-1 rama de menta
– Jengibre
– Edulcorante sin calorías
Lava y corta la naranja en gajos con su cáscara y colócala en un recipiente junto a la menta y a un trozo de jengibre cortado en rebanadas.
Pon a hervir el agua y una vez hirviendo, colocas las ramitas del té blanco, dejas que se impregne por 3 minutos y viertes en el recipiente anterior. Tapa el recipiente, deja que se enfríe y mete al refrigerador hasta que esté completamente helado.
Tienes que colarlo al momento de servir y guardarlo nuevamente en el refrigerador en el mismo recipiente. Su sabor es refrescante y puedes endulzarlo al gusto. Si no te gustan los endulcorante artificiales un chorrito de miel será suficiente. ¡Ah! y no te olvides de consultar a tú médico antes de probarlo. ¡Buena suerte!
Imagen vía Corbis Images