¿Embarazada y en verano? ¡Uff! Calor, calor y más calor. Mi primer hijo nació en verano y algunas de las cosas que recuerdo como una pesadilla son las largas noches, sudando, hinchada e incómoda en la cama, cansada y preguntándome si sobreviviría a esa experiencia, y ¡aquí estoy, sobreviví! y tú también lo harás, y para que te sea más llevadero aquí te van algunos consejos.
Lee más en ¿Qué más?: ¡Ni se te ocurra decirle esto a una embarazada!
1. Reduce tu consumo de sal. No la evites por completo, pero reducir tu consumo te ayudará a combatir la hinchazón. Procura poner tus piernas en alto cada vez que puedas, y no te pongas tus anillos para que no te lastimen y no tengan que cortarlos.
2. Mantente hidratada. Toma agua, bebidas deportivas que te ayuden a reponer sales y date el gustito de tomar batidos o aguas de frutas frescas, aprovecha que en verano están maduras y dulces, como la sandía, el melón o la piña, para evitar el azúcar refinado.
3, Usa ropa cómoda, de colores claros, de algodón o lino, ya que esto te ayudará a sentirte más fresca y evitará que sudes como condenada. La ropa de lycra y los resortes te pueden provocar urticarias.
4. Disfruta de la piscina. Si no aguantas el calor, no hay nada como un chapuzón en la piscina. Las ventajas son muchas, te ayudará a reducir la presión en la espalda y nervio ciático, harás ejercicio, te sentirás ligera por un rato, te relajarás. No olvides el protector solar, la piel cuando estás embarazada es mucho más delicada, se quema fácilmente y puede mancharse.
5. Abre las ventanas. Si, como yo, te cuesta dormir, deja que entre la brisa fresca abriendo las ventanas o mantén el aire acondicionado a una temperatura cómoda, da un paseo en la tarde cuando baje el calor o date un baño con agua fresca y toma siestas a lo largo del día para que no estés tan cansada.
Imagen vía Corbis Images